SANTIAGO.- La llegada del Grupo Secuoya a Canal 13, no ha estado exenta de polémicas. Más de 260 despidos se concretaron durante las últimas semanas, los que se sumaron a los 101 trabajadores que ya habían sido desvinculados en enero pasado.
Desde el 1 de junio, la empresa española comenzó a hacerse cargo de las
áreas de producción y servicio, una decisión que pasó por los cargos directivos. Uno de los mayores involucrados en el cambio es el subdirector ejecutivo,
Maximiliano Luksic Lederer, quien se refirió extensamente a la renovación de la estación.
El hijo de
Andrónico Luksic -quien se convirtió en el único dueño del canal en 2017 tras comprar el 33% que aún mantenía la Universidad Católica-, habló con
El Mercurio para detallar las medidas que se han tomado y lo que viene en términos de negocios para la estación televisiva.
Al referirse a los despidos, aclaró que "no ha sido fácil" y que se han preocupado para que las personas desvinculadas se vayan en "las mejores condiciones posibles". "Como dijo mi papá, mi familia no está acostumbrada a quitar empleo. Nosotros creamos empleo y esa es la fortaleza del grupo", expresó, añadiendo que se "analizaron todas las opciones posibles", pero que "la única salida para que la empresa mejorara era externalizar varias áreas con Secuoya".
En esta misma línea, destacó que "se están haciendo las cosas necesarias para salir de esta crisis que tenemos como canal y también para crecer". "Lo que estamos haciendo no es nada de innovador, se debió haber hecho hace cinco años atrás. Pusimos al canal en el siglo 21, después de esto nos vamos a poner innovadores", aseguró.
Canal 13 se mantuvo durante los cuatro últimos años en quiebra, y Max Luksic espera que con eso ya se haya tocado fondo para empezar a resurgir. "
Vamos a tener pérdidas este año también, mucho menores a las del pasado, pero a partir del 2019 vamos a estar mejor", estimó, proyectando
ganancias de $1.000 millones para el próximo año.
De acuerdo a sus palabras, la situación económica de la estación no daba para más, y se había convertido en un negocio poco rentable para su familia. "Por eso se han implementado estos cambios, porque la situación ya no da nomás. El mejor ejemplo es Alto Maipo, perdimos US$350 millones como familia. Cuando ya sabemos que algo no funciona, se termina", recalcó.
Al ser consultado por la posibilidad de que el plan de ahorro no funcione, Luksic respondió que en ese caso deben analizar el "vender o ver qué pasa", pero que sería una situación compleja. "¿Quién va a querer comprarlo, si la familia más grande del país no pudo sacarlo adelante?", manifestó.
