SANTIAGO.- Pastora evangelista y ferviente militante antiaborto, pero defensora de la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Damares Alves se convirtió el pasado 2 de enero en la nueva ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil.
Abogada de 54 años, es la primera en asumir esta nueva estructura, luego de que el ultraconservador Jair Bolsonaro modificara, apenas llegó al poder, la cartera que hasta ahora era conocida como "Ministerios de los Derechos Humanos". Pero además, tendrá bajo su responsabilidad la Fundación Nacional del Indio (Funai), encargada de las políticas dirigidas a los pueblos indígenas.
Su imagen como figura política era más bien desconocida hasta que este jueves protagonizara su primera polémica. Su nombre se hizo viral, luego de que se divulgara un polémico video en el que, saltando y muy sonriente, proclama: "¡Atención, atención! Es una nueva era en Brasil. ¡Niño viste de azul y niña viste de rosa!". En las imágenes se le ve vestida con el mismo traje blanco que llevaba puesto durante su toma de posesión el miércoles.
Antiaborto y contra la "ideología de género"
Antes de ser nominada por Bolsonaro, esta política se desempeñaba como asesora del senador Magno Malta, un famoso pastor evangélico brasileño muy cercano al nuevo Mandatario y que jugó un importante papel durante su campaña. De hecho, muchos creían que el ministerio se le encargaría a Malta, pero en una movida inesperada, Bolsonaro consideró que su asesora se perfilaba mejor.
Alves es una de las dos mujeres que integran el nuevo gabinete, compuesto por un total de 22 ministros. Impulsada por sus fuertes creencias evangélicas y coincidiendo con los pilares fundamentales de la cruzada ultraderechista del ex capitán del Ejército, ha asegurado que defenderá los valores más conservadores de la sociedad. "El Estado es laico, pero esta ministra es terriblemente cristiana", afirmó durante su discurso oficial de asunción al cargo.
La abogada ha afirmado que uno de los principales objetivos de su gestión será la defensa de la primera infancia, la protección de la familia tradicional y la consolidación de un Brasil "sin aborto", que respete solo las causales de violación, riesgo de vida para la madre o muerte cerebral del feto que actualmente consigna la ley. "Queremos un Brasil sin aborto, que priorice políticas públicas de planificación familiar, que el aborto nunca sea considerado y visto como un método anticonceptivo (…). Esta cartera no va a lidiar con el tema aborto, va a lidiar con la protección de la vida y no con la muerte", dijo.
"Esta cartera no va a lidiar con el tema aborto, va a lidiar con la protección de la vida y no con la muerte"
Damares Alves
De la misma forma, la nueva ministra le ha negado un espacio a la llamada
"ideología de género". "En este gobierno, la niña será princesa y el niño será príncipe.
Nadie va a impedirnos que llamemos a las niñas princesas y a los niños príncipes. Vamos a acabar con el abuso del adoctrinamiento ideológico", afirmó en su extensa intervención de este martes, aunque no es primera vez que demuestra su rechazo.
En Internet es posible encontrar videos en los que Alves afirma que "la ideología de género es un gran maltrato contra los niños de Brasil" y que "están deconstruyendo su identidad biológica". En sitios especializados evangélicos, la pastora es citada con cierta frecuencia denunciando, por ejemplo, lo que considera una "guerra contra la familia" promovida en las escuelas brasileñas.
En sus palabras inaugurales, no obstante, la secretaria de Estado dijo tener buena relación con la comunidad LGBT y que la defenderá de cualquier tipo de violencia. "Entiendo que es posible tener un gobierno de paz entre el movimiento conservador, el movimiento LGBT y los demás movimientos", afirmó y enfatizó: "Si es necesario, estaré en las calles con las travestis. Si es necesario, estaré en la puerta de las escuelas con los niños que son discriminados por su orientación sexual. La violencia contra cualquier persona, por cualquier motivación, será prioridad de este gobierno".
"Indio es gente"
Otro tema con el que tendrá que lidiar Alves es el de las comunidades indígenas, que ven con malos ojos que el Funai haya sido incorporado a este ministerio y no a la cartera de Justicia. La decisión fue tomada por Bolsonaro, quien ha criticado en diversas ocasiones las actuales demarcaciones de tierras indígenas y ha asegurado que no dará "ni un centímetro de tierra más" a los pueblos originarios.
"El Presidente esperaba el mejor lugar para poner al Funai, y nosotros entendemos que es el Ministerio de DD.HH., porque
el indio es gente, y el indio necesita ser visto de una forma como un todo, indio no es solo tierra", defendió Alves, quien se dice preparada para tener bajo su responsabilidad este organismo, pues hace algunos años adoptó a una pequeña indígena. Sin embargo, sus credenciales están lejos de convencer a expertos y organizaciones sociales relacionadas.
Igualdad salarial
Si coincide con Bolsonaro en lo que respecta a identidad de género y aborto, Alves se diferencia del derechista a la hora de hablar de igualdad salarial. Aunque es crítica del movimiento feminista y ha llegado a asegurar que "las mujeres nacieron para ser madres" y que "pertenecen al hogar", también considera la problemática de la brecha de género en el trabajo como una prioridad.
"Ningún hombre va a ganar más que una mujer desarrollando la misma función", aseveró. "Si depende de mí, voy a la puerta de la empresa (para ver si) el empleado hombre, que desarrolla el mismo papel de la mujer, está ganando más. Se acabó eso en Brasil", sentenció, en oposición al recién asumido Presidente, quien aseguró durante su campaña que ese tema no le compete al Gobierno.
De todas formas y pese a su primera polémica, Alves deberá hacerse cargo de una de las más delicadas carteras de este Gobierno. En ese rol tendrá la difícil pero estratégica misión de formular políticas para los grupos más vulnerables de la sociedad, a la vez que responde a la base conservadora que ayudó a llevar a Bolsonaro, un político que rechaza el concepto de "minoría" y relativiza los derechos humanos, al poder.