"Me voy de Chile". Así se tituló una carta a El Mercurio que se publicó el lunes 11 de noviembre y en la que una joven manifestó su intención de continuar su vida afuera. ¿La razón? Lo "violento e inseguro de nuestro país" y la "indiferencia y normalización" frente a situaciones violentas.
Es que la mujer expuso el robo del que fue víctima su pololo francés tras pedir un vehículo de aplicación después de una fiesta. "Se subió al auto confiado, como cualquiera debería poder hacerlo. Sin embargo, adentro lo esperaban cuatro personas que lo asaltaron brutalmente. Como si eso no fuera poco, sin poder comunicarse, asustado, en shock y con una mano quebrada por el asalto, mi pololo tuvo que caminar por cinco horas para llegar. Nadie lo ayudó", detalló en el escrito.
En su testimonio indicó además que su pareja se acercó a personal de Seguridad Ciudana y que pidió socorro, "sin resultados favorables". "Su historia les fue indiferente. Mientras él deambulaba, yo sin saber dónde estaba, desesperada realizaba una denuncia por presunta desgracia, sin imaginar el calvario por el que estaba pasando en esas largas y terribles horas", añadió.
El martes 12 otro joven -un ingeniero civil-, también dijo estar pensando en radicarse afuera. "Estoy preparándome para realizar un posgrado en el extranjero y buscar oportunidades laborales afuera", comenzó señalando. Se explicó: "Los jóvenes que hoy optamos por irnos no lo hacemos en busca de la experiencia de vivir en otro país, sino porque, mientras nuestro propio país se estanca, las condiciones que ofrecen otros lugares son incomparablemente mejores. Miles de jóvenes talentosos están dejando Chile sin planes de regresar".
"La decisión no es fácil -añadió-; muchos mantuvimos por años la esperanza de que Chile volvería a ser el país en el que crecieron nuestros padres, pero esa ilusión se desvanece. Hoy, muchos ya hemos dejado de soñar con un futuro aquí, y menos aún con el sueño de la casa propia".
Y concluyó señalando: "Por supuesto que todos queremos detener esta fuga de talentos y capitales, y los jóvenes tratamos de ilusionarnos con esa posibilidad. Sin embargo, las cifras de seguridad y los indicadores económicos, como el último Imacec, resultan preocupantes y no ayudan a recuperar la esperanza de un Chile que crezca y ofrezca el mismo horizonte de oportunidades que vivieron nuestros padres".
Si bien en los días posteriores se abrió el debate, con misivas de otros jóvenes que -con el patriotismo y las ganas de trabajar por el país como puntas de lanzas- señalaron que se quedarían, muchos comenzaron a preguntarse si se podría avanzar hacia un "éxodo junevil", precisamente debido a la situación económica y la delincuencia.
Un lector de El Mercurio ponderó las consecuencias. "Está claro que a los que nos quedamos acá nos costará más enmendar el rumbo de crecimiento y desarrollo", explicó en una carta.
De todas formas, además de que la tendencia de la salida de cerebros jóvenes del país parece aumentar, se suman otras señales que apuntan a la pérdida de atractivo del país. En lo que va de 2024 el monto de salida de capitales se aceleró en forma importante y ya es mayor a la suma de todo lo registrado 2022 y 2023. En efecto, de acuerdo a las cifras reportadas por el Banco Central, entre enero y septiembre de este año salieron de Chile US$4.068 millones netos-
Otra señal es que volver al país está siendo un requisito que complica a jóvenes investigadores que han salido al país bajo el programa de Becas Chile, quienes si no regresan deben devolver el beneficio, dado que ellos deben retribuir el financiamiento de los estudios en el extranjero trabajando en territorio nacional.
Se trata de síntomas que indican que los índices de violencia y la economía no han dado tregua. Prácticamente todos los días se conocen asesinatos. Y el tímido crecimiento de alrededor de 2% proyectado para la próxima década, junto a un desempleo de 8,5% que no logra caer y una inflación que lleva un 4,7% en doce meses son vistos como un aliciente para buscar oportunidades fuera. ¿Podría ocurrir un "éxodo"? ¿Cuáles serían las consecuencias?
Bajo crecimiento y desempleo
Nicolás Román, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Uandes ofrece un análisis muy concreto. Explica que en Chile las oportunidades no han incrementado y que el ritmo de crecimiento de 2% que lleva el país "solo permitiría mantener el desempleo actual en algo menos del 9%, pero no reducirlo".
En la otra cara -dice- "el conocimiento se ha extendido y se ha estandarizado", por lo que "jóvenes técnicos y profesionales ven como una opción real trabajar en el extranjero". Explica, en esa línea, que "hay países que han reducido su natalidad y ofrecen a personas de determinados perfiles facilidades para establecerse".
"En un escenario de bajo crecimiento y conocimiento estandarizado, es esperable que jóvenes capacitados consideren como opción trabajar en el extranjero", concluye.
"En un escenario de bajo crecimiento y conocimiento estandarizado, es esperable que jóvenes capacitados consideren como opción trabajar en el extranjero"
Nicolás Román, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Uandes
Ricardo Ruiz de Viñaspre, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la U. Finis Terrae y ex director de Sence también ofrece una visión con un énfasis en el crecimiento y el desempleo.
"Si bien es un fenómeno que debemos analizar detalladamente, es algo que tiene sentido, debido a que las oportunidades laborales para los jóvenes se han ido deteriorando a causa del bajo crecimiento y de la escasez de políticas públicas pro empleo", sostiene. "Tenemos una informalidad y desempleo alto para los jóvenes, mucho más alto que para los adultos. Así, es clave poder dinamizar el mercado laboral con políticas pro empleo", agrega.
A su juicio existen una serie de políticas públicas que se pueden empujar para revertir esta situación. Explica que se deberían mejorar los subsidio al empleo, aumentando "los montos para que las empresas contraten más jóvenes y mujeres, quienes presentan más desempleo y menor participación laboral".
Asimismo, sostiene que se debieran "revisar las indemnizaciones por años de servicio. Esto está impactando en tener menores salarios y menos empleo. La OCDE tiene menores indemnizaciones, pero a todo evento, lo cual conlleva mayor generación de nuevos puestos de trabajo".
Entre sus sugerencias, asimismo, se encuentran el reformar el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sense) para mejorar la capacitación laboral y revisar los impuestos a las empresas, que hoy también están por sobre los de la OCDE.
Sectores en "posición complicada"
Desde la Multigremial Nacional, la directora de la rama de eventos y gastronomía -gremio con mucha fuerza laboral joven- explica que en el rubro ya se ve una fuga de talentos. "Estas áreas, que suelen atraer a jóvenes por su dinamismo y creatividad, están siendo afectadas porque muchos de ellos están buscando salir del país", dice.
"La inestabilidad económica, la inseguridad y la sensación de falta de oportunidades están llevando a que piensen que en otros lugares podrían tener mejores condiciones para crecer. Esto preocupa porque tanto la gastronomía como los eventos requieren de personas con energía, ideas nuevas y capacidad de adaptación, características que muchas veces los jóvenes aportan naturalmente", sostiene.
"La fuga de talento joven -asegura también- puede dejar a estos sectores en una posición complicada. Por un lado, se pierde esa chispa de innovación y las ganas de probar cosas nuevas, que son esenciales para que los eventos y la gastronomía sigan evolucionando. Por otro, nos enfrentamos a un mercado laboral más reducido y con menos personas capacitadas".