Bernie Sanders, líder en la carrera demócrata por la nominación a la Casa Blanca, recibió una avalancha de críticas por defender parte del legado del líder cubano Fidel Castro.
El senador de Vermont, de 78 años y autodenominado "socialista democrático", fue cuestionado por sus comentarios en el programa dominical de la cadena CBS "60 Minutos", donde dijo que "es injusto decir que todo es malo" en la Revolución cubana de 1959.
"Nos oponemos mucho a la naturaleza autoritaria de Cuba, pero es injusto decir que todo es malo", señaló Sanders. "Cuando Fidel Castro llegó al cargo, ¿sabes lo que hizo? Tuvo un programa masivo de alfabetización. ¿Es eso algo malo? ¿Aunque Fidel Castro lo hizo?", se preguntó.
Consultado sobre los "disidentes presos" en Cuba, Sanders se apresuró a contestar: "Así es. Y condenamos eso".
Sus afirmaciones fueron rebatidas con dureza por algunos de sus rivales.
El multimillonario Michael Bloomberg, el ex alcalde de Nueva York que va tercero a nivel nacional en los sondeos de la interna demócrata, sugirió que los logros en educación de Castro sonaban ridículo dado su historial.
"Fidel Castro
dejó un oscuro legado de campos de trabajo forzado, represión religiosa, pobreza extensa, ejecuciones por fusilamiento y el asesinato de miles de sus compatriotas. ¿Y Bernie quiere hablar de programas de alfabetización?", dijo Bloomberg en un tuit en español.
Otro aspirante demócrata, Pete Buttigieg, subrayó que tras "el horror" de ver a Trump acercarse "a dictadores", se necesitaba un presidente "extremadamente claro al oponerse a los regímenes que violan los derechos humanos en el extranjero".
Obama y la isla
"No se equivoquen", dijo el comando del ex vicepresidente Joe Biden, quien hasta el mes pasado encabezaba la intención de voto a nivel nacional entre los demócratas y ahora está segundo.
Cristóbal Alex, asesor de Biden, indicó en una declaración que "los comentarios de Bernie
indican que no comprende el dolor y el sufrimiento que Fidel Castro, Nicolás Maduro (de Venezuela) y Daniel Ortega (de Nicaragua) han causado a tanta gente, incluidos los estadounidenses que ahora viven aquí, o peor, que su ideología lo ciega ante las realidades de la vida en estos países".
"Su admiración por elementos de la dictadura de Castro o, al menos, su voluntad de mirar más allá de las violaciones de derechos humanos de Cuba no solo es peligrosa, es profundamente ofensiva", agregó.
Biden integraba el Gobierno de Barack Obama que en diciembre de 2014 anunció el acercamiento diplomático con Cuba tras décadas de enfrentamiento, actualmente suspendido por el Presidente republicano Donald Trump.
En Twitter, donde el tema se volvió tendencia en Estados Unidos, muchos usuarios recordaron que
el propio Obama defendió entonces los logros en salud y educación universal de Cuba.
Sanders "simplemente se hace eco del reconocimiento del presidente Obama de que Cuba ha hecho progresos, especialmente en educación", dijo Mike Casca, director de comunicaciones de la campaña del senador, en un comunicado.
Obama no se pronunció al respecto.
Indignación en Florida
Otras voces, en particular desde Florida, bastión de los cubanos que huyeron de la revolución de Castro, se alzaron dentro del Partido Demócrata contra Sanders, que arrasó el sábado en la interna de Nevada, en parte gracias al voto latino, tras buenos resultados en Iowa y New Hampshire.
La congresista por Florida Debbie Mucarsel-Powell, una ecuatoriano-estadounidense que dijo representar "con orgullo" a los cubanoamericanos, consideró "absolutamente inaceptables" las afirmaciones de Sanders.
Sin mencionarlo, la presidenta del Partido Demócrata de Florida,
Terrie Rizzo, emitió una declaración distanciándose de Sanders.
"Los candidatos deben comprender las historias compartidas de nuestras comunidades de inmigrantes", dijo, tras condenar a "dictadores que derrocaron a las democracias de todo el mundo".
Florida celebrará su elección primaria el 17 de marzo. Pero muchos demócratas temen que una nominación de Sanders afecte el desempeño del partido en las presidenciales de noviembre.
Con 21 millones de habitantes, Florida es un campo de batalla clave: en este estado considerado bisagra, las elecciones suelen dirimirse por márgenes muy estrechos y cada voto cuenta a la hora de decidir quién habitará la Casa Blanca.