El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viaja este sábado hacia Miami, donde tendrá un encuentro con su homólogo estadounidense Donald Trump, con una agenda centrada en los negocios pero que lleva como telón de fondo a la crisis venezolana.
Ciertamente, la situación de Venezuela es un punto central de la política exterior de Brasil, que ha dado un nuevo paso contra el Gobierno de Nicolás Maduro al anunciar que retirará a sus diplomáticos de Caracas.
La posibilidad de un encuentro con Trump este mismo sábado estaba pendiente de una confirmación, que fue dada este viernes por la Casa Blanca. Será una cena la noche del sábado en el club Mar-a-Lago, en Palm Beach (sureste de Florida), donde el Mandatario estadounidense tiene su residencia privada, y con Venezuela colada en el menú político de la cita.
"Como líderes de las dos mayores economías del hemisferio, también discutirán oportunidades para restaurar la democracia en Venezuela, llevar la paz al Medio Oriente, implementar políticas comerciales a favor del comercio, e inversión en infraestructura", señaló la Casa Blanca en un comunicado.
La aguda crisis venezolana también centra los intereses del líder norteamericano en América Latina y, de hecho, esta misma semana el Presidente de Estados Unidos discutió la situación con el mandatario colombiano, Iván Duque.
"Es un gran tema para nosotros", manifestó Trump en esa ocasión, al tiempo que Duque pidió endurecer las sanciones contra Venezuela, lo que Bolsonaro parece haber hecho al anunciar la próxima salida del personal diplomático brasileño de Caracas.
El domingo, el líder brasileño visitará la sede del Comando Sur de Estados Unidos, que vigila la situación en Venezuela y es acusado por Nicolás Maduro de planear una "invasión" con Colombia y Brasil como "bases", pero negada a rajatabla por esos tres países.
Al día siguiente, el gobernante brasileño tiene otra cita en la que Venezuela será un punto central: un encuentro con los senadores Marco Rubio y Rick Scott, dos de los mayores activistas contra el régimen de Maduro en Florida y dentro del Partido Republicano.
Inversiones para una economía estancada
La visita de Bolsonaro a Miami tiene también una fuerte vertiente comercial y la intención de captar inversiones para una economía que no acaba de recuperarse de la aguda recesión del período 2015-2016, en que cayó siete puntos porcentuales.
Según datos oficiales,
la economía brasileña creció en 2019 un insuficiente 1,1%, incluso inferior a la tibia expansión del 1,3% registrada en 2017 y 2018.
Con la meta de atraer inversiones que potencien el crecimiento, el Mandatario participará el mismo lunes en un seminario que reunirá a empresarios de ambos países y en el que expondrá las oportunidades de negocios que ofrece Brasil, especialmente en las áreas de pesca y turismo.
El martes, antes de regresar a Brasil, participará en otro evento empresarial y visitará en Jacksonville las instalaciones de la empresa aeronáutica brasileña Embraer, que el año pasado vendió el control de su división comercial a la estadounidense Boeing.
Aunque todavía no ha sido confirmado, en el marco de la visita de Bolsonaro
podrían ser firmados "algunos acuerdos" bilaterales, según ha adelantado el vocero de la Presidencia brasileña,
Otavio Rego Barros.
El funcionario no especificó cuáles serían, pero otras fuentes han dicho que uno se refiere a la venta de aviones de Embraer a Estados Unidos y otro a un tratado de investigación y desarrollo en el área militar, que podría abrirle el mayor mercado de defensa del mundo a la industria brasileña.