SANTIAGO.- Sorpresa causó en el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera la forma en que su par de Argentina, Alberto Fernández, comparó las cifras de contagiados y víctimas del coronavirus de su país con las de Chile, en una cadena nacional transmitida el pasado viernes.
El inquilino de la Casa Rosada analizó la realidad de varios países –además de Chile, Italia, España y Brasil, por ejemplo- para concluir que han tenido un "buen manejo" de la crisis.
La Moneda reaccionó ante esto y redactó un informe –divulgado en los principales medios bonaerenses- en los que se matiza las observaciones de Fernández, haciendo hincapié en la capacidad de Chile para testear el covid-19: 4.228 exámenes por millón contra 435 por millón que se realizan en Argentina. "Chile tiene un tercio de nuestros habitantes y la proporción de muertes es mayor a la nuestra", señaló Fernández luego de que se divulgara el informe chileno.
Hoy, consultado sobre el tema, el canciller chileno Teodoro Ribera comentó que "ningún país hoy tiene certeza si las políticas que se están implementando son las más eficaces o no".
La cierto es que la mención de Chile en la cadena de Fernández hizo recordar que, por hechos fortuitos, viajes no realizados y ahora la emergencia del coronavirus, ambos mandatarios no se han podido reunir desde que el trasandino asumió el 10 de diciembre pasado.
"Más que criticar a Chile lo que busca es mostrar éxito en su gestión y justificar la decisión de cuarentena total", complementan fuentes diplomáticas.
Aunque quienes conocen la relación entre ambos destacan que mantienen comunicación –principalmente por WhatsApp- la ideología de los dos líderes caminan por veredas opuestas: Piñera es amigo del ex Presidente Mauricio Macri, por ejemplo, mientras que Fernández ha sido crítico del modelo chileno especialmente después del 18-O.
Fernández versus Bolsonaro
Sin embargo, lo anterior no sería la razón de la arremetida de Fernández. Detrás de la puesta en escena del viernes no sería Chile el objetivo, sino Brasil. Analistas de ese país sostienen que existe una estrategia permanente de la Casa Rosada de citar al Brasil de Jair Bolsonaro como ejemplo de lo que no se debe hacer en la crisis.
"Tenemos en Brasil un país que no ha prestado atención adecuadamente al tema, y ahí viven 200 millones de personas", ha dicho Alberto Fernández.
Medios trasandinos señalan que Fernandez se lleva abiertamente mal con Bolsonaro, incluso en términos personales, por lo que la relación bilateral es casi inexistente. Hasta el momento, por ejemplo, el embajador designado por Buenos Aires para encabezar la misión diplomática en Brasilia, Daniel Scioli, todavía no asume. "La relación es crítica", señalan las mismas fuentes.
Sin ir más lejos, el sábado La Nación de Argentina publicó una columna de opinión del embajador de Brasil en Buenos Aires, Sérgio França Danese, en la que critica el "miedo" al que se está sometiendo a la sociedad trasandina frente a lo que hace el gobierno de Bolsonaro.
"La sociedad argentina parece estar siendo inducida a un miedo extra en esta temporada global de miedos: el de que Brasil, al supuestamente 'no hacer nada' con relación al virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19, representaría una amenaza sanitaria para la Argentina. Como todo juicio generado por el miedo, esto enceguece más de lo que ilumina", señala el diplomático.
En el escrito, França detalla que la administración central de Brasil "promulgó 13 medidas provisionales, 17 decretos y dos leyes con medidas para combatir el virus" y agrega que el "paquete económico brasileño ya existente, aunque ligeramente por debajo del promedio mundial, está por encima del promedio latinoamericano, región en la que solo somos superados por Chile".
"En este esfuerzo, Brasil y la Argentina deben ser solidarias y no señalarse con el dedo el uno al otro mientras tienen un enorme desafío por delante", finaliza.
Prosur
En Argentina han catalogado la política internacional de Fernández de pragmática desde que asumió. Quizás eso explique que, por ejemplo, el país continúe participando en Prosur, el foro impulsado por Piñera a inicios del año pasado para abordar la crisis social y política en Venezuela, considerando que otro de los promotores del espacio multilateral fue Macri.
De hecho, la instancia se ha reactivado con el afán de que los países de la región se coordinen para enfrentar de mejor manera la crisis del coronavirus.
Pero ha sido ese espacio uno en los que la Argentina de Fernández ha querido marcar un punto en su política internacional, al solicitar que el régimen de Nicolás Maduro sea admitido en el espacio, lo que no sería aceptado por el resto de países del bloque. Incluso, la Cancillería argentina se habría restado de la última teleconferencia por esta razón.