Como si fuera una de sus clases en la universidad, el viernes pasado el Presidente argentino,
Alberto Fernández, se dirigía a la ciudadanía por cadena nacional explicando cómo su Gobierno ha enfrentado la crisis por el covid-19. Con gráficos y cifras, el Mandatario trasandino mostraba el avance del coronavirus en su país y comparaba la situación con
EE.UU., Italia, España, Chile y Brasil. Algo que, al parecer, no gustó a este lado de la cordillera.
En su alocución, Fernández resaltó su política de cuarentena total y comparó los resultados con Chile, que ha decidido implementar otras medidas y que tiene un mayor número de contagiados por covid-19 (7.525, mientras que Argentina registra 2.208). La respuesta vino desde La Moneda, donde se elaboró un informe que recalcaba que nuestro país tiene más casos porque la cantidad de testeos es ampliamente superior a los realizados en el país vecino. Dicho documento fue enviado a medios trasandinos.
Por otro lado, el ministro de Salud,
Jaime Mañalich, defendió el lunes el accionar chileno: "Somos el país de América Latina, de América entera, que más testeos hace por millón de habitantes,
esto es exactamente diez veces el número que hace Argentina". En esa línea, agregó que "yo no quiero comparar un país con el otro, porque al final tenemos que esperar cuál es el resultado de estas estrategias, pero tiendo a decir que
la estrategia tomada por el Presidente Piñera es más adecuada para nuestro país".
Comparables o no con la realidad chilena, las medidas tomadas por Fernández hace rato que están dando que hablar tanto en Argentina como en el extranjero. Y para el politólogo y consultor trasandino Julio Burdman, los aparentemente buenos resultados en el país vecino están posicionando a Fernández de manera positiva ante la opinión pública y la ciudadanía.
"La evaluación general que hago yo y que hace la sociedad argentina en vista de las encuestas es que el Gobierno argentino reaccionó bien a la crisis, en el sentido de que fue bastante expeditivo en su diagnóstico de lo que tenía que hacer y que fue bastante decidido en la forma que lo encaró. Muchos otros países, incluyendo a Chile -ni hablar de Brasil con el Presidente Bolsonaro, de EE.UU. o Gran Bretaña- tomaron esto en un principio con un poco de dubitación y los días pasaron y el contagio se expandió, por lo tanto, la evaluación general es buena", explica el doctor en Ciencia Política, en contacto con Emol.
"La evaluación general que hago yo y que hace la sociedad argentina en vista de las encuestas es que el Gobierno argentino reaccionó bien a la crisis, en el sentido de que fue bastante expeditivo en su diagnóstico de lo que tenía que hacer y que fue bastante decidido en la forma que lo encaró
Julio Burdman
En esa línea, de acuerdo a una encuesta de la consultora Analogías, el Gobierno llegó a alcanzar un 79% de apoyo y la imagen de Fernández escaló a una aprobación del 94% dada su gestión durante la crisis sanitaria. La cifra "ahora se empieza a acomodar un poco,
fue un entusiasmo muy efervescente, pero subió mucho porque justamente se evaluó generalmente que la reacción había sido la correcta", sostiene Burdman.
Ese optimismo también se vería reflejado en la clase política, que estaría remando junta por el bien superior, pese a que el Gobierno central podría tener problemas con algunos gobernadores que buscarían tener cierta autonomía en el manejo de la crisis.
El "orgullo nacional" y los problemas con Brasil
Y toda esta acción contra la pandemia incidiría en cómo se ve desde el país trasandino la gestión de otros gobiernos: "En este momento en Argentina hay una suerte de, entre varias comillas, 'orgullo nacional' por la gestión de la crisis. Hay una convicción de que Argentina hizo las cosas mejor que otros países y obviamente todo es explotado desde la política, en el sentido de que Argentina tiene un Estado con servicios de bienestar un poco más desarrollados que otros países de América Latina o que tiene alguna suerte de tendencia a tener una mayor sensibilidad social", afirma Burdman.
Y es bajo esa perspectiva que "la visión que hay de Chile y de Brasil, en general -y de México también- es que se han movido mal, como que están teniendo un desempeño peor que el nuestro porque no se tomaron tan en serio la salud pública como se la toma Argentina. Es un poco la visión general que hay en la ciudadanía y la clase política, una visión que se volvió una suerte de causa nacional", agrega.
En todo caso, consultado por las comparaciones del viernes, este especialista descarta que hubiese un sentimiento de crítica desde la Casa Rosada a Chile, tal como afirmaron a Emol fuentes diplomáticas.
"Creo que, en todo caso, el conflicto es con (el Presidente brasileño Jair) Bolsonaro y que el Gobierno de Alberto Fernández siempre reivindica la buena relación personal entre los dos presidentes argentino y chileno y dice que se remonta hace varios años. Por lo tanto, no hay ninguna intención del Gobierno argentino de plantear ninguna animosidad con Piñera, al contrario, el discurso es demostrar cómo a pesar de que hay cierta divergencia ideológica el Presidente peronista puede llevarse muy bien con el Presidente de Chile", afirma.
En esa línea, recalca que "sí hay, ya sabemos, un tema con Bolsonaro que viene de mucho tiempo" y que tiene relación con el apoyo abierto del peronismo y sectores de la centroizquierda argentina al ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, adversario político del Mandatario brasileño, por lo que "ahí sí tal vez haya uno que otro comentario insidioso en ese modo".
De todos modos, Burdman enfatiza que "me parece que el principal objetivo del Gobierno en su discurso político frente a la crisis en la comparación con otros países es la exaltación de la propia gestión y no la política exterior, es decir, lo tomaría más por ese lado que por la crítica a Bolsonaro".
"Me parece que el principal objetivo del Gobierno en su discurso político frente a la crisis en la comparación con otros países es la exaltación de la propia gestión y no la política exterior, es decir, lo tomaría más por ese lado que por la crítica a Bolsonaro"
Julio Burdman
Pero ya lo han dicho los expertos: aún queda mucho por enfrentar en Latinoamérica, donde la situación por el covid-19 se avecina mucho peor. Así, Julio Burdman vaticina que
"probablemente vengan problemas de otro tipo que no son atribuibles al Presidente o al Gobierno en particular, sino al Estado argentino en general", puesto que "los Estados de América Latina -en general, habrá una que otra excepción- no estaban muy preparados para hacer frente a estas situaciones de crisis de emergencia o a desplegar planes contingentes".
"Hay unos problemas de gestión de los aspectos micro de la crisis del coronavirus que seguramente van a ser problemáticos en Argentina y en América Latina en general, pero yo creo que es un problema más profundo que va más allá de un gobierno, un presidente o un funcionario en particular, es un problema de capacidades del Estado", advierte.