La investigación autorizada por el Tribunal Supremo contra el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por sospechas de interferir políticamente en la Policía Federal, dio este sábado un primer paso con un interrogatorio al ex ministro y ex juez Sergio Moro, que se prolongó durante ocho horas.
Moro, cuya renuncia a la cartera de Justicia ha generado una crisis política en Brasil, prestó declaración en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba para responder por las graves acusaciones que lanzó contra el jefe de Estado.
Esta vez fue él quien respondió a las preguntas de los agentes bajo la atenta mirada de tres procuradores designados por el fiscal general, Augusto Aras, quien fue nombrado por Bolsonaro en septiembre del año pasado.
El antiguo magistrado dimitió del Ejecutivo después de conocer la decisión del Mandatario de destituir al director de la Policía Federal, Mauricio Valeixo, por razones desconocidas.
En su despedida, Moro lo acusó de intentar "interferir políticamente" en la Policía Federal, que investiga a dos de los hijos del gobernante.
Sus declaraciones provocaron un terremoto en el escenario político brasileño y la apertura de una investigación autorizada por la Corte Suprema para esclarecer su veracidad.
Una investigación de doble dirección
La declaración de Moro fue determinada por el juez del Supremo, José Celso de Mello, decano de la corte, quien autorizó la investigación a petición del fiscal general Aras.
En ella será investigado Bolsonaro, quien pudiera haber incurrido en delitos de carácter penal como coacción, prevaricación u obstrucción a la Justicia con base en las declaraciones de Moro.
Pero también el propio ex ministro, pues en caso de que no se comprueben sus denuncias podría ser acusado por "calumnia".
No obstante, Moro aseguró en una entrevista a la revista Veja divulgada el viernes que posee pruebas que incriminarían al gobernante y que las presentará a la Justicia.
De hecho, el mismo día que dimitió, envió al telediario nocturno de Globo, el de más audiencia del país, un intercambio de mensajes escritos con el presidente que insinuaban esa tentativa del mandatario de querer cambiar la cúpula de la Policía Federal.
Bolsonaro ha negado vehemente las acusaciones de Moro, a quien continúa descalificando. Este sábado el presidente le tachó de "judas".
