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Gobierno de Argentina aseguró este miércoles que la selección de fútbol de su país no participará en el Sudamericano Sub 20 de la especialidad a jugarse a partir del 23 de enero en
Venezuela, sumando un capítulo más al historial de tensión entre ambos países, marcado por la detención hace un mes del gendarme trasandino
Nahuel Gallo por parte de las fuerzas chavistas.
"¿Se puede hacer en Venezuela un sudamericano de fútbol Sub 20? Y bueno, habrá que cambiar de sede, qué sé yo. La Conmebol lo tendrá que pensar. Argentina no va a mandar gente, chicos que los pueden secuestrar", afirmó la ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, en diálogo con CNN Radio Argentina.
"¿Qué diferencia puede haber entre tener un jugador de fútbol, que puede ser una pieza muy importante, y un gendarme? ¿Entendés?
Lo pueden acusar de cualquier cosa. 'No, Argentina mandó dentro de los jugadores de fútbol a uno que fue policía', y a ese lo agarran. Entonces, es un riesgo", argumentó la funcionaria del Gobierno de Javier Milei.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) programó para el 23 de enero el inicio del Sudamericano Sub 20 en Venezuela, clasificatorio para el mundial de la categoría que se jugará en Chile este año. El país caribeño asumió en noviembre de 2024 la organización del torneo que originalmente se jugaría en Perú.
Las sedes del Sudamericano son las ciudades de Cabudare, Valencia, Caracas y Puerto la Cruz.
El caso Nahuel Gallo
Todo esto ocurre en medio de la creciente tensión entre la Casa Rosada y el régimen de Nicolás Maduro, marcado recientemente por la detención hace un mes atrás del gendarme argentino Nahuel Gallo, capturado en Venezuela por las fuerzas bolivarianas mientras viajaba para ver a su esposa e hijo, que se encontraban allá.
Luego de que Argentina presentara una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) por el presunto secuestro del uniformado, desde el chavismo divulgaron unas imágenes de Gallo como prueba de vida. Asimismo, el propio Maduro aseguró que el gendarme trasandino formaba parte de un plan para asesinar a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez.
Esto último fue calificado por la propia Bullrich como "una locura, un invento de pies a cabeza.
Es la típica lógica de las conspiraciones de las dictaduras, es lo que hacen para quedarse en el poder".
Así las cosas, la ministra de Seguridad reconoció que la detención de Nahuel Gallo "pasó por un trámite burocrático", ya que "cuando alguien viaja al exterior hay que presentar una serie de papeles".
Es por eso que la funcionaria afirmó que desde Gendarmería "no tuvieron la mirada geopolítica de que a Venezuela no se podía ir", lo que ha llevado al Gobierno de Milei a pensar un protocolo "para que tengan claro cuáles son los países donde un miembro de la fuerza de seguridad o hasta un argentino corre riesgo".
De todos modos, Bullrich advirtió que el caso de Nahuel Gallo "es parte de una estrategia del régimen venezolano para poder negociar esos rehenes a cambio de la cantidad de corruptos, de lavadores de dinero, de narcotraficantes que ellos tienen".
Así, consultada por las negociaciones para repatriar al gendarme, la ministra reconoció que en estos momentos el foco está en si finalmente Nicolás Maduro jurará el viernes para asumir un tercer mandato o si será el opositor Edmundo González -a quién Argentina reconoce como presidente electo de Venezuela- quien tome el poder.
"Si el régimen sigue en Venezuela habrá que buscar una salida más heterodoxa. No nos vamos a quedar quietos y tenemos planes, pero no lo vamos a hacer público", afirmó.
Desde hace meses que las relaciones entre Argentina y Venezuela están en su peor momento. Todo comenzó después de que el país trasandino acogiera en su embajada en Caracas a un grupo de opositores perseguidos por el régimen. La situación empeoró después de que Milei desconociera a Maduro como ganador de las elecciones de julio, lo que llevó a Caracas a expulsar a su personal diplomático.