Las dos cajas negras del avión de pasajeros que se estrelló en Washington el miércoles por la noche tras chocar con un helicóptero del ejército han sido encontradas, informaron medios de comunicación estadounidenses este jueves.
Los investigadores han recuperado el grabador de voces de la cabina del piloto y el registrador de datos de vuelo, que serán analizados por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, a cargo de la investigación, informaron fuentes anónimas a CBS News y ABC News.
Las grabadoras se encuentran en los laboratorios de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) para su evaluación.
El vocero de la NTSB, Peter Knudson, dijo a USA Today que no hay grabadoras adicionales en el avión y que los investigadores están buscando la grabadora del helicóptero.
El helicóptero militar Black Hawk, con tres personas a bordo, realizaba un vuelo de entrenamiento y su tripulación era "bastante experimentada", según detalló este jueves el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Los buzos sacaron este jueves algunos cadáveres de las aguas heladas del río Potomac, en Washington.
Los restos de las dos aeronaves están emergiendo del agua, mientras barcos de rescate y equipos de buzos exploran la zona.
A primeras horas de la jornada, el jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, dijo que se habían recuperado 28 cadáveres.
En tanto, la Administración Federal de Aviación informó que el avión era un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines. Según la aerolínea, el aparato viajaba desde Wichita, Kansas, al aeropuerto Ronald Reagan de la capital estadounidense.
Mientras que el helicóptero efectuaba un "vuelo de entrenamiento", informó un portavoz militar.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, estimó que el choque era "absolutamente" evitable.
El espacio aéreo que rodea Washington suele estar congestionado día y noche, con aviones volando a baja altura para aterrizar en el aeropuerto Ronald Reagan y helicópteros militares o civiles que transportan políticos de alto rango.
Este aeropuerto fue escenario de un accidente mortal en 1982, cuando el vuelo 90 de Air Florida, un Boeing 737, se desplomó tras el despegue, impactó contra un puente y cayó al río Potomac, dejando 78 muertos.