SANTIAGO.- En vivo y directo fue transmitida una pelea entre presos y gendarmes del módulo 4 de la cárcel Colina 2, a comienzos de años. En total, más de una docena los internos resultaron heridos de la riña grabada por uno de los presentes.
A los meses, otro caso similar ocurrió en la cárcel de Temuco, con la diferencia que solo involucró a privados de libertad. Uno de ellos además falleció.
Según cifras obtenidas por Transparencia, desde 2012 a marzo de este año, se registraron 43.087 casos en los que un interno atacó a otro privado de libertad dentro de un penal. Esto significa casi 20 denuncias al día.
Y es que pese a que las peleas ya son parte de la rutina de la vida carcelaria, el presidente de la Asociación de Oficiales de Gendarmería, Alberto Figueroa, estima que la mayoría de los casos nunca llegan a ser conocidos ni por los mismos uniformados.
"La mayoría de las denuncias las hacemos nosotros cuando vemos una agresión. Difícilmente vas a ver que un reo dé cuenta de aquello, al menos que esté muy grave o apunto de perder la vida", explicó Figueroa, agregando que: "Si denuncian se convierten automáticamente en un sapo y ahí arriesgan mucho más".
Tipos de agresiones
"El primer protocolo que tenemos es tratar de prevenir este tipo de situaciones", afirmó Figueroa.
De acuerdo a la información entregada por Gendarmería, el 39,4% de las agresiones denunciadas fueron realizadas con elemento cortopunzantes, seguido de lesiones derivadas de riñas entre internos (28,6%), agresiones corporales (19,4%) y aquellas hechas con elementos contundentes (12,5%).
Para evitar las heridas, explica el gendarme, se realizan registros periódicos en las celdas. Algunas de las armas son encontradas en las camas de los presos, mientras que otras están escondidas en sus piernas o abdomen.
La mayoría de estos elementos, agrega, provienen de la misma cárcel. Especialmente de las cadenas de construcción en las que los mismos presos trabajan. "También usan desagües de agua, ollas, todo lo enrollan".
Para el diputado RN, y miembro de la comisión de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Fuenzalida, "en las cárceles hay muchas cosas que no deberían existir", precisando que este tipo de violencia se genera, a su juicio, especialmente en los recintos públicos. "Yo todavía no entiendo por qué hay señal en las cárceles, si en muchas partes del mundo eso ya se resolvió; tampoco que tengan celulares. Así, hay muchas cosas que no entendemos, pero pasan por una flexibilidad y corrupción interna de la institución que yo creo que no da para mas".
La "lucha territorial"
Las principales razones tras los ataque, explica Figueroa, son "conflictos que vienen de arrastre y que partieron en el exterior". "Generalmente es por una lucha territorial. Por ejemplo, la gente de Peñalolén no se puede vincular con los de La Pincoya. Estos roces hacen que se golpeen en el recinto y siguen la cadena".
En tanto, la diputada RD y miembro de la misma comisión que Fuenzalida, Gael Yeomans, manifestó que las cifras "son un síntoma más" de la situación carcelaria, y que es "necesario generar políticas públicas que protejan los derechos humanos de quiénes hoy día están en los sistemas penitenciarios".
Además, señaló, "es importante poder ver cuáles delitos están penalizados con cárcel, cómo se aplican las prisiones preventivas, porque en el fondo que esté sucediendo eso en nuestro país también da a entender que estamos ante una situación de inseguridad para quienes hoy día están en las cárceles y que no todas las veces cometieron delitos de alta gravedad".