SANTIAGO.- Antecedentes por un nuevo caso de abusos que involucra al cura y
ex capellán del Colegio San Ignacio El Bosque, Jaime Guzmán Astaburuaga, fueron enviado a Roma por la Compañía de Jesús.
Así lo confirmaron esta tarde desde la Orden de los jesuistas mediante un comunicado en su sitio web.
El nombre de Guzmán se vinculó mediáticamente a este tipo de hechos a comienzos de este año, luego que el animador José Miguel Viñuela afirmara haber sufrido acoso sexual por parte de sacerdotes de dicho colegio. Seis años antes, una investigación de la Congregación ya había determinado su culpabilidad.
Por los hechos, el sacerdote debe cumplir una pena que incluye la prohibición del contacto con menores de edad y la restricción de ejercer públicamente el ministerio sacerdotal.
Además del caso del ex capellán, detalla el documento, se enviarán al Vaticano antecedentes sobre otros dos sacerdotes: uno de ellos implicado en abusos sexuales contra menores de edad, mientras que otro en transgresión sexual contra una mujer en el marco de un retiro espiritual.
Sobre el primer caso, la Orden señala: "El hermano Raúl González SJ fue denunciado en octubre de 2011 por un ex alumno de la Escuela San Ignacio de Valparaíso, por hechos de abuso sexual ocurrido en 1999, cuando el denunciante era menor de edad. Luego de acoger a la víctima y de recibir la denuncia, la Compañía de Jesús inició una investigación canónica que, en marzo de 2012, concluyó confirmando la culpabilidad de González en los hechos.
Al religioso se le impuso como pena su traslado la Residencia San Ignacio en Santiago, la suspensión permanente de toda actividad pastoral y la prohibición de todo contacto con menores y adolescentes, sin presencia de otros adultos responsables.
En cuanto al segundo sacerdote, se indica: "Juan Pablo Cárcamo fue denunciado en julio de 2016 por abuso de conciencia y transgresión en el ámbito sexual a una mujer adulta, en el marco de un retiro espiritual. Se recogieron los antecedentes y testimonios, y él reconoció su responsabilidad en la situación abusiva ocurrida".
A Cárcamo "se le redefinió su trabajo pastoral y fue sancionado canónicamente, dentro de su ministerio sacerdotal, con la suspensión de todo servicio de acompañamiento espiritual y de dar retiros personalizados. Se informó de la resolución a la víctima y se le ofreció apoyo para su camino de sanación".
