SANTIAGO.-
"Errores y aciertos del Gobierno en la crisis". Así se titula una nota que
El Mercurio publicó en su edición de este martes, en la que se aborda la forma en que el Ejecutivo ha enfrentado el estallido social que vive Chile, ahondando en sus aciertos y errores en medio de la crisis.
"El Ejecutivo ha enfrentado múltiples desafíos para encauzar la convulsión social y contener los actos de violencias", añade el título de la publicación.
Así, el periodista Gabriel Pardo presenta los equívocos del Gobierno, entre os que destaca, entre otros puntos los polémicos comentarios de ministros, la lenta reacción ante los primeros episodios de evasión masiva, y los dichos del Mandatario hablando de que "estamos en guerra". En tanto, en la otra vereda menciona las vocerías de la intendenta Karla Rubilar y los recientes llamados a la unidad para abordar este escenario se encuentran entre los aciertos.
Desaciertos
1-. Los polémicos comentarios de los ministros
Al interior de La Moneda lo reconocen. Los dichos de algunos ministros del gabinete se prestaron para abrir polémicas en los días previos a que estallara la crisis y generaron malestar en la población.
El martes 8 de octubre, el
titular de Hacienda, Felipe Larraín, habló de que no hubo variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre y llamó a "los románticos" a comprar flores porque habían bajado de precio. Cuando explicaba el alza de la tarifa del metro, el
ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, dijo: "Se ha abierto un espacio para que quien madrugue pueda ser ayudado con una tarifa más baja".
Algo similar ocurrió cuando comenzó la evasión en el tren subterráneo y la ministra de Transportes, Gloria Hutt, criticó que grupos de escolares protagonizaran esos hechos diciendo que la tarifa para estudiantes "no tuvo ninguna modificación", que no tenían argumento para realizar esa acción y descartó que se bajara.
2-. Subestimar el impacto social del alza del transporte
El 4 de octubre, el Panel de Expertos del Transantiago anunció que la tarifa del metro subía $30 y la de los buses del sistema, $10. Y explicaron que se debía, entre otros factores, al aumento en el valor del diésel.
Pese a que es una instancia técnica independiente la que fija la tarifa, desde el Ejecutivo, reconocen en el oficialismo, no se previó el impacto que esa alza podía tener en el actual contexto económico y social.
A ello se sumó que la ministra de Transportes, Gloria Hutt, el miércoles 16 de octubre, una vez iniciadas las protestas y la evasión en el metro, descartó una baja en las tarifas y su explicación técnica no fue suficiente para enfrentar el descontento.
Aunque explicó que un alza de tarifas es "la peor noticia que podemos dar", agregó que "es la única forma de mantener el equilibrio del sistema".
Y al ser consultada por los medios si era posible revertir ese aumento anunciado, afirmó: "No es una discusión que tenga que surgir del nivel de violencia que hemos visto".
3.- Lenta reacción ante la evasión masiva
Fue el viernes 4 de octubre cuando se anunció el alza del transporte público.
A la semana siguiente, comenzaron algunos grupos de estudiantes secundarios, tales como alumnos del Instituto Nacional, a realizar evasiones masivas, aunque de forma episódica.
La protesta se fue extendiendo, y a la semana siguiente ya se trataba de estudiantes de distintos colegios, aparecieron pancartas y rayados, comenzaron los destrozos, se fueron sumando grupos de adultos a la evasión. La fuerza pública no era capaz de contener la masividad y rapidez con la que se extendía el movimiento.
Era inédito que hubiese evasión masiva en el metro, como suele ocurrir en el Transantiago, pero en el oficialismo se estimó en un principio como parte de las protestas estudiantiles. De hecho, el miércoles 16 la ministra de Transportes Gloria Hutt recalcaba que si alguien era detectado como evasor, sería identificado y notificado, arriesgándose a ingresar al registro de evasores por no pagar el pasaje adeudado ante el Juzgado de Policía Local.
Ello, a solo dos días de que comenzaran serios destrozos y destrucción de las estaciones de metro, que agravaron la crisis.
4 La visita del mandatario a la pizzería en plena crisis
Las protestas, los desórdenes y caceroleos iban en alza la noche del viernes pasado.
En La Moneda afirmaban que el Mandatario Sebastián Piñera había trabajado intensamente durante toda la jornada junto al ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el subsecretario Rodrigo Ubilla, pero comenzó a circular una foto en redes sociales. No se sabía si era real o una falsa noticia.
Aparecía el Presidente Piñera en una pizzería de Vitacura
Minutos después, desde el Ejecutivo reconocieron que se trataba del mandatario, quien había salido unos minutos de la casa de Gobierno a celebrar el cumpleaños de uno de sus nietos.
Aunque en el oficialismo señalaban que volvería al palacio a seguir trabajando, y de hecho lo hizo hasta la madrugada, las críticas ya arreciaban en redes sociales y señalaban que Sebastián Piñera se había "desentendido" de la crisis en uno de sus momentos más álgidos.
5-. La declaración de que "estamos en guerra"
"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite".
Las palabras del Presidente Sebastián Piñera pronunciadas el domingo —mientras los uniformados custodiaban las calles, se mantenía el toque de queda y sectores de manifestantes cuestionaban la presencia militar— no fueron respaldadas por los partidos del oficialismo y fuertemente rechazadas por la oposición.
Aunque explicó que los violentistas estaban dispuestos "a quemar hospitales, el metro, supermercados", y que estaban en "guerra contra todos los chilenos que quieren vivir en democracia", lo que quedó en la retina fueron tres palabras: "Estamos en guerra". Y casi al instante, distintos actores políticos y sociales acuñaran la frase contraria:
"No estamos en guerra".
A ello se agregó que al día siguiente, cuando el jefe de la Defensa en la zona de emergencia, general Javier Iturriaga, fue consultado sobre los dichos del mandatario, respondió: "Yo soy un hombre feliz, y no estoy en guerra con nadie".
Aciertos
1-. Rol de Carabineros y Fuerzas Armadas en apoyo a la ciudadanía
Para algunos sectores de oposición, decretar zona de emergencia en el Gran Santiago, lo que implicó la presencia de militares en las calles, fue considerado una medida innecesaria y extrema.
Al interior del oficialismo, en cambio, se ha ido afianzando la idea de que era una medida vital para evitar que se propagaran los saqueos e incendios que pusieran en riesgo a la mayoría de la población, que se mantiene en sus casas o se manifiesta pacíficamente.
Con el correr de los días, pese a que se mantiene el rechazo de algunos sectores a la acción de los uniformados y critican acción represiva, han comenzado a aparecer testimonios y videos en redes sociales de carabineros y militares dialogando con manifestantes, o dando indicaciones para proteger a los vecinos en distintos barrios.
A ello se suma que los uniformados deben respetar una serie de protocolos para evitar un excesivo uso de la fuerza, de lo contrario se exponen a sanciones.
{SUB 2-. Poner en marcha de nuevo la Línea 1 del metro
El ataque al metro, que por años ha sido un símbolo del progreso y el respeto a la infraestructura pública en Santiago, fue la señal más clara de la crisis desatada.
Lo que comenzó primero como evasión masiva con ataques a los validadores del tren subterráneo, se transformó luego en destrozos en los carros, irracionales agresiones a sus funcionarios y quema de catorce estaciones.
El viernes pasado tuvo que suspenderse su funcionamiento, y eso trastornó la circulación en la ciudad.
Esa misma noche se veía arder uno de los principales orgullos de los santiaguinos en distintos puntos.
Sin embargo, en los días posteriores aparecieron vecinos en distintas comunas con palas y escobas limpiando las estaciones afectadas y la Empresa Metro inició una evaluación de los daños.
Eso permitió que el Gobierno pudiese anunciar que se retomaba el funcionamiento, en parte, de la Línea 1, lo que permitió que algunos usuarios retomaran sus actividades laborales y dar una señal de normalización de la ciudad.
3-. Convocatoria conjunta a los poderes del Estado
El domingo en la tarde, el Presidente Sebastián Piñera se reunió con el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD); el presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores (DC), y el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito.
El encuentro fue bien acogido, considerando que ambas autoridades del Parlamento son de oposición.
A la salida del encuentro, todos tuvieron la oportunidad de dirigirse a la prensa y reconocieron que había preocupaciones ciudadanas que atender con urgencia.
En ese momento el Mandatario señaló que se apuraría el cambio legal que permitiría revertir el alza del transporte público.
Y agregó que la cita con las autoridades de los tres poderes del Estado tenía por objetivo "buscar caminos de solución para atender mejor y con más urgencia las prioridades y las necesidades de nuestros compatriotas, y apuntar a reducir las inequidades, desigualdades excesivas, los abusos, que persisten en nuestra sociedad".
4-. El llamado a la unidad
Si el domingo el Mandatario Sebastián Piñera había señalado "estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable", lo que había generado críticas y crispación, el lunes por la noche el tono cambió.
"Estoy seguro de que,
con la unidad de todos los chilenos, vamos a derrotar a los violentistas y vamos a recuperar el país en paz y el país con libertad que todos queremos", dijo el Presidente.
También enfatizó en que reconocía y valoraba el derecho "de todos de manifestarse pacíficamente", y lo distinguió de los desmanes: "Una cosa muy distinta es la brutal violencia y destrucción que han desatado pequeños grupos de delincuentes con organización y con medios (…), que no respetan la vida humana".
Al mismo tiempo, planteó una especie de mea culpa respecto de su declaración del día anterior: "Sé que a veces he hablado duro, compréndanme, lo hago porque me indigna ver el daño que la delincuencia y la violencia provoca". Y finalmente, insistió en que "la unidad es el camino para encontrar soluciones".
5-. El rol de la intendenta Rubilar en las vocerías
Uno de los puntos que destacan en el oficialismo es el rol que ha tenido la intendenta de la Región Metropolitana en las vocerías frente a la crisis.
"Ha mantenido la calma y llamado a cuidar la ciudad y los bienes de todos", señalan quienes han seguido su actuación desde La Moneda.
"Estamos haciendo todos los esfuerzos para tratar de recuperar la calma, el orden y la tranquilidad que la gente anhela. Cuando vemos a los vecinos organizados en sus barrios, lo que piden es poder estar tranquilos y en paz. No es que no apoyen las reivindicaciones, muchos de ellos comparten que tenemos muchas promesas por cumplir", dijo en una de sus últimas declaraciones.
Otro punto de que se destaca es que ha mantenido un tono calmo y ha mostrado un discurso realista, como el momento en que reconoció que se ha buscado restaurar el orden en distintos lugares, que en algunos se ha logrado, pero en otros "no se ha dado abasto".