SANTIAGO.- "En los países sabios, la Constitución es el gran marco de unidad que da certeza al devenir de los pueblos; lo que los sajones llaman la 'ley de la tierra'. Es aquel instrumento que debe ser aceptado y respetado por todos, y permite a los países asumir con eficacias las legítimas diferencias".
Con estas palabras, el Presidente Sebastián Piñera promulgó este lunes la reforma constitucional que habilita el proceso constituyente para que la ciudadanía decida si quiere una nueva Carta Magna y quién debe redactar el texto: si una convención mixta, con presencia de parlamentarios, o una convención constituyente, de corte ciudadana.
En su discurso, el Mandatario mencionó que "hasta ahora, la discusión política en torno a la Constitución se ha centrado casi exclusivamente en los procedimientos". "Yo estimo que no se ha profundizado suficientemente en los contenidos", dijo, mencionando algunos de los mínimos que él incluiría en un nuevo texto: la protección de la vida, la libertad, la dignidad, la diversidad y el respeto a los Derechos Humanos.
Además, aseguró que se debe incluir a la familia como "el núcleo fundamental de la sociedad", junto a una serie de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. A ello sumó el principio de "igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres".
"Nuestro Gobierno va a garantizar a todas las partes un proceso libre, transparente y democrático", recalcó el Presidente. La afirmación reviste especial interés ante el surgimiento de una duda: ¿Cuál es el rol que le cabe al Gobierno en este proceso? ¿Ser garante, definir mínimos o involucrarse directamente?
Garantizar "imparcialidad y pluralismo"
"Para empezar, esto no es una reforma que haya estado en su programa político", asegura de entrada la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, Claudia Heiss. "Fue una cosa un poco forzada por la ciudadanía, entonces yo creo que su aporte a la democracia chilena es básicamente dar garantía de imparcialidad y de pluralismo", añade.
Según Heiss, es lo que debemos aprender de la experiencia extranjera. "Los problemas que hemos visto en procesos constituyentes en otros países, cuando han salido mal o han tenido resultados que le han hecho daño al sistema político en el mediano plazo, se han dado cuando las convenciones constitucionales han sido intervenidas, y yo creo que el peligro más grande de un proceso constituyente es justamente la intervención", afirma.
"Esto no es una reforma que haya estado en el programa político de Piñera. Fue una cosa un poco forzada por la ciudadanía, y yo creo que su aporte a la democracia chilena es básicamente dar garantía de imparcialidad y de pluralismo"
Claudia Heiss
"Lo más importante en el proceso chileno es garantizar el pluralismo, la representatividad, y dar garantías de que no se va a usar el poder político que ya se tiene: que los poderes constituidos no se van a utilizar para intervenir el proceso constituyente", reitera Heiss.
Con ella concuerda el doctor en Ciencia Política Kenneth Bunker. "El Gobierno de Piñera debiese solamente ser el garante institucional del proceso", opina. "Hasta ahora ha demostrado que cuando improvisa o cuando llega tarde a algún conflicto político, social o económico, le va mal".
Para Bunker, el país entra en el proceso con "suficientes clivajes y quiebres partidarios" y se imagina que es posible un escenario en que la UDI y el Partido Republicano se pongan detrás de votar en contra de una nueva Constitución, y RN junto a Evópoli lo hagan a favor.
"En ese caso, creo que el Presidente estaría en una posición muy incómoda si es que toma una posición. Lo más fácil sería no involucrarse, que todas las personas del Gobierno tengan su opinión privada, y más que nada velar solamente por que el ejercicio democrático se lleve a cabo sin ningún problema", concluye.
Una misión "informativa", pero "imparcial"
Desde los partidos políticos tienen su propia opinión. "Ni garante ni incidente: el Gobierno debe ser prescindente en el proceso constituyente", asegura el presidente del Partido Radical, Carlos Maldonado. "Sólo debe cumplir eficientemente las tareas que le correspondan por ley, como por ejemplo garantizar la seguridad y el orden público en los procesos electorales y proveer los recursos necesarios para el trabajo del órgano constituyente", añade.
"Cualquier otro intento de protagonismo, incidencia o intervención involucraría el riesgo de polarizar un proceso al cual todos nos acercaremos en igualdad de condiciones. En la asamblea constituyente no habrá Gobierno ni oposición: habrá representantes de toda la sociedad chilena construyendo un nuevo pacto", afirma Maldonado a Emol.
A su juicio, por la naturaleza del proceso constituyente —con "proyección y trascendencia"—, cualquier gobierno le es ajeno debido a su transitoriedad. "Ojalá el Presidente sepa mantener la distancia necesaria, no como lo hizo hoy, en que habló de los contenidos que, según su punto de vista, debería tener la nueva Constitución. Ese es un debate que corresponde desarrollar a la ciudadanía en general, a la sociedad civil y a los partidos políticos, no al Gobierno", enfatiza.
"El Gobierno de Piñera debiese solamente ser el garante institucional del proceso. Hasta ahora, ha demostrado que cuando improvisa o cuando llega tarde a algún conflicto político, social o económico, le va mal"
Kenneth Bunker
En RN, los parlamentarios están conscientes de que se tratará de una elección que "lo más probable es que se polarice, sobre todo respecto de quienes tienen miradas distintas en una misma coalición", asegura a Emol el diputado Andrés Longton. Por eso, considera que "independiente de que los ministros o autoridades tengan una preferencia marcada, la imparcialidad es importante".
"Es importante que se informe a la ciudadanía respecto a las implicancias que tiene la Constitución, su contenido y lo que puede producir o no un cambio en la Constitución. El proceso informativo es fundamental para que la gente vote informada. En eso todavía hay un desconocimiento importante en la ciudadanía y para eso obviamente tenemos que tener un Estado activo", agrega.
Para el presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores (DC), es importante que el Gobierno sea "partícipe y además garante". "Que se haga de buena manera, con transparencia, con precisión y sobre todo con amplitud", declara. "Yo espero que, ahora que el Presidente le puso la firma a un proceso que se radicó 100% en el Congreso Nacional, se sume y sea mucho más activo de lo que ha sido hasta la fecha", agrega.
"Hay que colocar recursos: diseño, decisión, apoyo. Eso requiere claramente de la participación y decisión de todos los poderes del Estado, y si bien es cierto que la ciudadanía por sí misma se ha venido informando de lo que es una Constitución, otra cosa es la necesidad de informar cómo va a ser el proceso", opina Flores.