El lunes, el Departamento de Epidemiología del Minsal (EPI) publicó un informe distinto. Desde la confirmación del primer caso en el país, la repartición elabora resúmenes del avance del virus. A través de redes sociales —y aunque no se trata de una canal formal—, quienes los elaboran reciben sugerencias y corrigen errores.
El informe del lunes fue producto de sucesivas conversaciones con alcaldes y comités que participan asesorando en la crisis. Por primera vez, incluyó un "zoom" a los casos por comuna. "Ahora sí vamos mejorando los datos epidemiológicos", dijo el virólogo y académico de la U. de Chile, Fernando Valiente. A los dos días, publicaron un nuevo reporte detallado de 39 páginas y este sábado un tercero.
Otro informe que circuló en redes sociales fue el del 24 de marzo, cuando el EPI dio a conocer los
síntomas presentados por quienes obtuvieron diagnóstico positivo: los tres principales eran dolor de cabeza, dificultad para respirar y tos. La
fiebre, señalada en todo el mundo como un síntoma clave, sólo se había presentado en un 9% de los pacientes.
Algunos investigadores lo atribuyeron a fallas en el proceso de ingreso de los pacientes. "Colegas médicos, por favor, rellenen a consciencia el epivigila de covid-19. Si no ponen fiebre, si no ponen síntomas respiratorios, si no ponen exámenes, Seremi y Minsal jamás se enterarán y no podrán dar información realista. Es tu responsabilidad como tratante", opinaba Gustavo Saint-Pierre en Twitter, becado de Microbiología Clínica.
"El reporte del 24 de marzo levantó dudas por la baja frecuencia de fiebre. Revisamos los procesos y detectamos el problema", dijo a los dos días el infectólogo Rafael Araos, quien está a cargo de elaborar los informes. "Hoy irán valores corregidos. Disculpas en nombre de todos, gracias por su feedback, así crecemos en el camino".
En el nuevo reporte entregado por la repartición, la fiebre apareció como el segundo síntoma más común, presente en un 69% de los casos y antecedido sólo por la tos, con un 73%. Y es que desde el 3 de marzo, el trabajo en el EPI ha sido intenso. Desde hace días que se confirman cientos de casos diarios y ya son varias las demandas por mayor transparencia en los datos. Con esa meta, dicen los miembros del equipo, están trabajando.
Los informes del EPI
Al principio, los reportes del EPI eran cortos: tenían pocas páginas —algunos apenas una— y contenían gráficos de las regiones donde se empezaban a registrar casos. El primero fue publicado por Araos en su cuenta de Twitter el 10 de marzo, con un mensaje en inglés. "Excelente recurso sobre el covid-19 en Chile. Actualizaciones regulares serán posteadas a medida que estén disponibles", dijo.
El link no dirigía a la página del EPI, sino a un documento alojado en Dropbox. Arriba, se leía "informe de situación covid-10 N°5". Los otros cuatro, de existir como tales, no están publicados. En él se identificaban los primeros clústers de contagios en la Región Metropolitana. Tenía una extensión de cuatro páginas.
"El reporte del 24 de marzo levantó dudas por la baja frecuencia de fiebre. Revisamos los procesos y detectamos el problema. Hoy irán valores corregidos. Disculpas en nombre de todos, gracias por su feedback, así crecemos en el camino"
Rafael Araos
En esos momentos, sus informes recibían cerca de diez "Me Gusta" y menos retuits. El 20 de marzo, empezaron lentamente a tomar fuerza en redes sociales y a ser compartidos por más de 30 personas. "Trate de actualizarnos a diario, por favor", le respondía una usuaria. Los informes, hasta el momento, no tenían una frecuencia establecida. "En eso estamos, aún tenemos intermitencias, pero espero que pronto logremos la continuidad", contestó Araos.
El 24, el día en que se publicó el informe con el dato de los síntomas, también venía por primera vez una comparación de casos confirmados y exámenes realizados, aunque no el número de test pendientes, que también se les solicitó por la misma vía para "transparentar la capacidad diagnóstica". Ese día, el reporte fue compartido 249 veces.
El siguiente, en un formato distinto, generó respuestas mixtas: aunque el consenso general era que cada informe era un avance, se solicitó mantener la forma y los elementos incluidos en reportes anteriores "para permitir comparabilidad", como pidió el secretario técnico del Departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colegio Médico, Cristóbal Cuadrado.
"Hay mucho dato que curar diariamente y tratamos de mostrar lo disponible con regularidad en un momento oportuno del día", explicó Araos. También explicó que "resumir la información diaria requiere un trabajo enorme de menos de 30 personas y cuellos de botella generan intermitencias".
Una enfermera a la cabeza
El EPI, en sí, se define como un "equipo multidisciplinario de profesionales que aportan a la comprensión y mejora de los diversos problemas de Salud Pública, desde sus distintos ámbitos de formación".
Se compone, desde 1998, de dos unidades: Vigilancia de Enfermedades Transmisibles —como influenza, meningitis, de transmisión sexual y polio—, y Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles y Estudios —entre ellas el cáncer—. La primera, que se orienta a identificar sus factores de riesgo e investigar sus brotes, es la ha tenido que responder ante la emergencia del covid-19.
Johanna Acevedo se convirtió en 2018 en la primera mujer en encabezar el Departamento de Epidemiología del Minsal
Aunque Araos lidera la elaboración de informes, no es la cabeza de todo el departamento. Aquel rol lo cumple Johanna Acevedo, enfermera de la UC con un magíster en Epidemiología y jefa del EPI. Ella es quien coordina con las seremis los casos de cada región y quien, en las etapas iniciales del virus, buscaba dar trazabilidad a los contagios.
Su vida, por estos días, ocurre en videoconferencias. Empiezan a las 07:00 y terminan mucho después de las 22:00 horas. Ella encabeza un equipo cercano a 30 personas y, aunque pasa la mayor parte del tiempo en su oficina, se le reconoce por "ir a terreno".
"Trabajó siempre de enfermera en la UCI pediátrica, en rescates aéreos, siempre con labores estresantes, de alta exigencia; ella trasladaba bebés prematuros en helicóptero y los llevaba al Hospital Calvo Mackenna. Era ese tipo de enfermera, hacía los trabajos más difíciles y los hacía perfecto", contó una de sus cercanas a La Tercera.
Llegó al cargo en septiembre de 2018 y se convirtió en la primera jefa mujer de la repartición. Antes de la emergencia por covid-19, le tocó trabajar en otra crisis: la ambiental en Quintero-Puchuncaví, lo que fue considerado una "prueba de fuego" por sus colegas.