"La salud no es solamente la salud física, es la salud psicológica, la salud mental y la posibilidad de distraerse fuera de un departamento a veces de 40 metros cuadrados", dijo el ministro de Salud, Enrique Paris, este miércoles, con tono de voz serio. La prensa le preguntaba por la pertinencia de la medida que acababa de anunciar: un permiso de vacaciones que permitirá a los habitantes de comunas en Fase 2 viajar a otra localidad en los meses de enero, febrero y marzo por una única vez.
"La gente tiene derecho a salir de vacaciones, la gente tiene derecho a ir a regiones a ver a sus familiares, tiene derecho a tener unos días de libertad. Hemos estado sometidos a mucho estrés, a una situación difícil desde el punto de vista sanitario", explicó el titular de Salud. "Si la gente no puede salir de vacaciones, si no tiene claro si va a poder viajar, eso atenta también contra la tranquilidad y la salud mental de nuestros compatriotas. Nosotros estamos velando justamente por la salud".
El ministro sostuvo estoicamente su postura. "No le podemos negar a la población la posibilidad de salir, siempre que cumplan con las medidas sanitarias que tantas veces hemos repetido", enfatizó. "Si pueden ir a un lugar en el campo, o a la playa, donde se van a tomar todas las medidas para tener un control exhaustivo, no se lo podemos negar".
El cuestionamiento de la audiencia presente derivaba de otro dato compartido por la autoridad sanitaria: un aumento del 8% de los casos en la Región Metropolitana en los últimos siete días, y el escenario de parcial incertidumbre que empuja la identificación de la cepa británica de coronavirus en una chilena que se había comunicado un día antes.
Por eso la medida anunciada, que el Ministerio de Salud aseguró que ya fue visada por el consejo asesor —aunque el Colegio Médico señaló que no se le presentó a la Mesa Social— genera opiniones contradictorias: están quienes rechazan la posibilidad por considerar que el escenario epidemiológico no es el óptimo, y están quienes creen que el encierro prolongado al que ha estado sometida la población hace meses es lo que ya se ha vuelto insostenible.
Opiniones encontradas
"Si la cosa se está poniendo peor, si los porcentajes de positividad, el número de casos y los hospitalizados suben, las restricciones deben ir en aumento", expuso la infectóloga Claudia Cortés, que trabaja en el Hospital San Borja Arriarán y la Clínica Santa María. "Flexibilizar las normas es pisarse la cola. Todos queremos salir de vacaciones, pero mucho más importante: todos queremos seguir vivos", apuntó.
Una opinión ligeramente distinta tiene el académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Gabriel Cavada. Para el bioestadístico, la medida "va en la dirección correcta para ayudar a descomprimir la presión mental que ha significado sobre la ciudadanía un largo encierro y muchas restricciones", explicó a Emol.
"Hay ocasiones donde el jefe de hogar instala a su familia en un determinado lugar y él tiene solamente posibilidad de viajar los fines de semana. Dado como se planteó este permiso, esa persona estaría imposibilitada de viajar más de una vez"
Gabriel Cavada, U. de Chile
Sin embargo, Cavada considera que el permiso está planteado de forma "engorrosa" y que "la parte operativa debería ser revisada mucho más prolijamente". "Yo me quedaría con el hecho de que la movilidad se puede hacer entre comunas que están a lo menos en Fase 2, sin un límite de tiempo —ni máximo ni mínimo— y pidiendo, por supuesto, el pasaporte sanitario, pero no pondría mayores restricciones", agregó.
¿Por qué? El académico lo explica con un ejemplo. "No todo el mundo tiene posibilidades de tomarse vacaciones continuas. Hay ocasiones donde el jefe de hogar instala a su familia en un determinado lugar y él tiene solamente posibilidad de viajar los fines de semana. Dado como se planteó este permiso, esa persona estaría imposibilitada de viajar más de una vez. Desde ese punto de vista, es una medida que podría propender a separar a la familia", expuso.
Por otra parte, el jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la U. Católica, Jaime Labarca, hace un llamado a "ponerse en el lugar de las autoridades". "En este momento que vive el país, no es fácil lograr un equilibrio entre lo que son las restricciones necesarias para el cuidado del covid y el derecho de las personas a su descanso, distracción y salud mental. Ellos tienen que lograr ese equilibrio y esas decisiones no siempre son fáciles, y van a recibir palos porque bogan y palos porque no bogan".
En este minuto, señala el infectólogo, se tiene por un lado a la ciudadanía, "cansada y agotada", y por otro a un virus que "no nos ha dado tregua ni descanso". "El plan Paso a Paso trata de lograr ese equilibrio entre las situaciones epidemiológicas y el derecho de las personas a la movilidad, siempre pensando en un bien común", cierra.