La inédita decisión de trasladar la estatua del general
Manuel Baquedano desde el sector de
Plaza Italia tomó hoy el Consejo de
Monumentos Nacionales (CMN), en una sesión extraordinaria celebrada justamente para revisar este tema, tras los últimos ataques de los que ha sido víctima la escultura.
La figura será removida de forma transitoria desde su tradicional ubicación, a fin de iniciar un proceso de conservación y restauración y para evitar que siga sufriendo actos de vandalismo.
El plazo en que el monumento permanecerá fuera y el nuevo lugar donde será trasladado, no fueron revelados aún por el CMN.
La Secretaría Técnica del organismo fue la encargada de dar a conocer los argumentos para tomar esta determinación, en medio de las diversas voces -entre las que se encuentra el Ejército- que han solicitado su traslado definitivo hacia otro lugar.
Al respecto, el secretario técnico del Consejo de Monumentos, Erwin Brevis, detalló en conferencia de prensa que la resolución se acordó "considerando el deber de tuición y protección de los monumentos nacionales que recae sobre el CMN, a los antecedentes recabados en las visitas técnicas realizadas y a los incidentes que afectaron al monumento público en los últimos días".
Según explicó, el retiro temporal de la escultura ecuestre del General Baquedano representa "una medida preventiva", en respuesta al "riesgo estructural que presenta hoy la estructura, lo que podría poner en riesgo la seguridad de las personas".
"Hay que considerar que las intervenciones realizadas anteriormente no pueden entenderse como acciones de restauración", profundizó.
Asimismo, Brevis indicó que "se acordó realizar acciones de resguardo de la tumba del soldado desconocido", ubicada en la base del monumento, y que también se determinó "realizar obras de protección y resguardo al pedestal del monumento".
Por último, señaló que "en el tiempo intermedio se solicitará el mayor resguardo policial posible para asegura la integridad del monumento".
La decisión de remover la escultura se toma después de la serie de ataques de los que ha sido objeto el monumento desde el estallido social del 18-O, que incluye rayados e intentos de derribarlo. De hecho, sólo en la última semana, este lunes y el 5 de marzo, sufrió dos ataques incendiarios.