Este martes, el Gobierno anunció su decisión de aplicar suma urgencia a la discusión del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido como TPP11, dando con ello solo 15 días de plazo al Senado para que analice la iniciativa que fue firmada por nuestro país en marzo de 2018.
Se trata del cuarto intento del Ejecutivo de instalar el tema en menos de un año, luego de que la ex presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD), desestimara ponerlo en tabla. Sin embargo, esta nueva apuesta podría tener un futuro incierto, debido a la reticencia que genera el tema en la oposición, lo cual forzaría el rechazo del proyecto.
A juicio de los expertos, la jugada de La Moneda puede tener varias lecturas, pero
coinciden en que puede ser un intento por dividir a ese sector, justo en momentos en que los partidos de centroizquierda están concretando señales de unidad, los cuales quedaron plasmados con dos encuentros realizados esta semana.
Según el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, el Gobierno reactivó el tema porque "ya no tiene nada más que perder. Por tanto, una derrota adicional no hará subir ni bajar los niveles de aprobación. Probablemente, su intención sea dividir la votación de los congresistas de oposición".
"En consecuencia, si bien el Gobierno puede perder, el simple hecho de que el Frente Amplio y el PC voten en bloque en contra de la iniciativa, y que parte de la Unidad Constituyente vote a favor, generará un conflicto que hará aún más inviable la generación de un gran consenso de centroizquierda con miras a la presidencial", dijo.
Una visión similar planteó la doctora en ciencias políticas y académica de la Universidad Católica, Julieta Suárez-Cao, quien indicó que "estoy de acuerdo en que hay una intención de provocar una división en la oposición, y ahí vamos a ver qué tan en serio viene la unidad de la que se habló en la reunión de los presidenciables".
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Ahora, no sé si lo van a lograr o si será exitoso, pero también es un tema que aglutina a la centroderecha con la derecha más dura. Es una apuesta alta y una movida muy riesgosa, ya que, debido al mal contexto de la pandemia, el Gobierno no está en un momento de exponerse a este tipo de derrotas", añadió.
Una mirada distinta planteó el cientista político y profesor de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, quien explicó que "el TPP11 es un tratado que se debe observar desde la posición del Estado de Chile en la arena internacional, y bajo dicha lógica que el Ejecutivo le ponga urgencia está dentro de lo que se esperaría".
"Un tratado internacional, trabajado por diversos gobiernos, no debe leerse en una lógica de política contingente. En ese sentido, y por la historia de la estrategia de desarrollo del país, llama la atención el giro que ha tenido una parte de la clase política frente a un acuerdo comercial", cuestionó.
Los riesgos del Gobierno y la mirada en la oposición
En ese contexto, sobre qué riesgos corre el Ejecutivo ante un rechazo del acuerdo, Fernández subrayó que "el TPP11 es una política que va más allá de este Gobierno, y su aprobación o rechazo no debería ser considerado ni un éxito ni fracaso del mismo, sino más bien la consecuencia de una clase política incapaz de mirar por sobre lo contingente".
"No leería la ratificación de un tratado multilateral en código de política contingente. Si bien algunos intentar mezclar ciertos aspectos del tratado con la discusión constituyente o con una posible estrategia política, la realidad es que Chile ha firmado y ratificado una serie de tratados internacionales que deberán ser respetados por los miembros de la Convención", agregó.
Por ello, aseguró que "resulta paradojal pensar que muchos de los argumentos de uno u otro sector se basan en pactos multilaterales, y que
solo se rescaten aquellos que sean acordes a sus propios intereses".
Sin embargo, Morales apuntó que "a veces en política perder es bueno. Pero esas derrotas deben ser escogidas de manera estratégica. Si al frente hay una coalición que si se une puede ganar las próximas elecciones presidenciales, entonces la mejor estrategia del Gobierno es meter cuñas que puedan evidenciar fracturas".
“Dado que este proyecto dice relación directa con el modelo de desarrollo para Chile, y que ese debate también se hará en la Convención Constitucional, el Gobierno podría transformarse en un simple espectador de las tensiones que vivirá la centroizquierda en la discusión legislativa”, recalcó.
No obstante, al interior de la oposición no ven que este tema sea un inconveniente para sus partidos, ya que hay coincidencia en que el acuerdo será rechazado por el sector. Así lo señalaron a Emol distintas fuentes opositoras, las cuales subrayaron que con la urgencia, el Gobierno "va a terminar "sepultando al TPP11".
"El Gobierno podría transformarse en un simple espectador de las tensiones que vivirá la centroizquierda en la discusión legislativa".
Mauricio Morales, cientista político
El principal argumento que se repite tanto en la Unidad Constituyente como en el Frente Amplio y el PC es que poner ese tema sobre la mesa es
"absolutamente extemporáneo", debido a la cercanía del proceso constituyente, en el cual se analizarán muchos de los temas favorables y riesgosos que incluye el acuerdo.
"El Gobierno se equivoca rotundamente, nadie de la oposición va a votar a favor del TPP11 en este periodo, de aquí a noviembre", señaló un alto dirigente de la centroizquierda, asegurando que ya existe un consenso generalizado sobre que este tema debe ser analizado después de la redacción de la nueva Constitución.
Otro dirigente asegura que "esto va a terminar uniéndonos", destacando que ya ha habido señales en ese sentido, sobre todo luego de la posición que marcó el candidato presidencial del PPD, Heraldo Muñoz, quien fue un férreo defensor del tratado durante su periodo como canciller y que hoy ya señaló que no es momento de abordarlo.