"No hay ninguna posibilidad de que se repita el mismo problema", dijo en diciembre de 2016 el gerente comercial de E-Voting, Mario Novoa, a Emol. El día anterior, la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) había tenido que suspender sus comicios por problemas experimentados al momento de emitir el sufragio electrónico y la misma compañía tenía ahora la responsabilidad de dar la plataforma para la elección de la directiva de la UDI, por lo que la preocupación era alta.
"En el caso de la UDI, solo se va a poder votar desde los locales y los dispositivos que el partido nos indique, y van a ser solo esos los equipos habilitados para poder votar. Además, van a haber vocales de partido que van a hacer la verificación de identidad de forma presencial", explicaba Novoa. Por su parte, Jacqueline Van Rysselberghe advertía que el partido no podía "exponerse a un cuestionamiento".
Pese a las promesas, los problemas se presentaron: el proceso demoró debido a una falla en el computador que entregaba a los militantes el código para poder votar. Aunque el proceso se tuvo que suspender durante algunos momentos y el plazo se votación se extendió por una hora, la jornada terminó con un rotundo triunfo de la senadora por el Biobío por el 62% de los votos.
"Para hacer procesos nuevos que generen hábitos, hay que asumir riesgos", dijo el entonces presidente de la tienda, Hernán Larraín. La elección se convirtió en uno de los ejemplos emblemáticos de votación electrónica dentro del país, un área donde ha habido tanto procesos exitosos y validados como otros complejos y cuestionados. Este fin de semana, el interés por los sufragios online volvió a crecer.
La razón está a la vista: tras la proclamación de Yasna Provoste como la candidata presidencial de la DC, Unidad Constituyente definirá en estas jornadas cuál será el mecanismo exacto para definir una única candidatura y una de las opciones más plausibles para hacer la elección es precisamente una primaria ciudadana electrónica.
¿Cuáles han sido las experiencias en Chile con este tipo de consultas?
Los catastróficos comicios de Ciudadanos
La votación de la directiva del partido político Ciudadanos Somos Todos empezaron un viernes y el sábado aparecieron las alertas: E-Voting, nuevamente la empresa encargada del proceso, advirtió sobre posibles "anomalías". Se revisaron 218 votos sospechosos el primer día y se anularon 169, lo que llevó a los militantes encargados del conteo a pedirle a la compañía la apertura de la urna electrónica.
Las irregularidades provocaron que uno de los candidatos a la presidencia del partido renunciara a su militancia antes de que el tribunal supremo lo diera por ganador
El meollo del conflicto fue ese: se negó la posibilidad de abrir la urna, reclamando que no permitiría establecer el origen de las irregularidades, que en los días siguientes siguieron apareciendo: se habló de otros 206 votos emitidos desde direcciones IP idénticas o similares y otros 66 detectados por una de las listas en competencia.
El problema escaló a tal punto que el 31 de agosto de 2018 se generó una renuncia masiva al partido que incluyó al candidato en competencia, Juan José Santa Cruz. También abandonó la colectividad ese día el actual candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Sichel.
Cuando la urna se abrió y se revisaron los votos, se comunicó la eliminación de 332 sufragios con irregularidades. Ese 8 de septiembre, se informó que la lista liderada por Santa Cruz había obtenido 16 votos más que la de su contrincante, pero dado que había renunciado antes del escrutinio se proclamó como ganadora a la abogada María Ignacia Gómez.
Las ordenadas votaciones de Evópoli
Pocos meses antes, en mayo de 2018, Evópoli renovó su directiva de la mano de sufragio online. La modalidad, si bien implicaba la emisión del voto de manera electrónica, se hizo de manera presencial en 29 locales a lo largo del país, los que recibieron a los militantes entre las 10:00 y las 18:00 horas de ese sábado.
En total se recibieron 1.383 votos, lo que representó una participación que duplicó la de 2016 y que incorporó por primera vez a militantes en el extranjero. Ese día, se ratificó la directiva vigente y Hernán Larraín Matte continuó en la presidencia del partido.
En 2020, en medio de la pandemia, el partido realizó por primera vez una elección telemática. "Somos el primer partido que implementa una votación electrónica ordenada, impecable y acorde a las necesidades actuales", explicó el partido". Los votantes, en esa ocasión, subieron al orden de 3 mil.
"Se habilitaron 24 sedes virtuales, 10 sedes presenciales que cumplieron con todas las medidas sanitarias y una mesa de ayuda para todas las personas que necesitaban alguna orientación en torno a cómo utilizar la plataforma de votación", explicó el encargado territorial Felipe O'Ryan. La empresa encargada del proceso fue NeoVoting.
La suspendida elección de la UDI
Dos años después de la compleja experiencia electrónica para la elección de la UDI, los problemas se repitieron y con mayor intensidad. El 2 de diciembre de 2018, fecha en que se iban a realizar los comicios, la directiva del partido anunció que tendrían que suspender el proceso debido a que "el sistema técnico contratado para este proceso empezó a manifestar problemas de lentitud e intermitencia y dificultad de conexión en diversos lugares", explicaron.
¿Cuál había sido el sistema técnico contratado? Nuevamente E-Voting, quienes aseguraron que las cosas funcionaron bien al comienzo, pero que "hubo un punto en que empezó a ponerse un poco intermitente", aproximadamente una hora después de la apertura de los locales de votación.
"Sospechamos que podría haber sido un ingreso masivo, más bien del tipo ataque, de mucha gente ingresando al mismo tiempo con un robot automático: no con gente, sino más bien un robot que hubiera estando tratando de echar abajo la elección", explicó a Emol el gerente general de la empresa, Tomás Barros, quien explicó que no fue un "hackeo".
Las elecciones fueron agendadas para el día 16 de diciembre, un retraso de dos semanas, y finalmente se llevaron a cabo a la antigua: con "lápiz y papel". En paralelo al proceso, que le entregó a Van Rysselberghe nuevamente la dirección del partido, la UDI recurrió a la fiscalía para investigar un posible ciberataque durante la elección original.
La resuelta elección de RD
En un ambiente de resquemor con respecto a las votaciones electrónicas, Revolución Democrática confirmó en ese mismo diciembre de 2018 que sus elecciones de enero de 2019 se mantendrían en formato online debido a que la plataforma fue diseñada de forma interna por el partido y ya había sido utilizada con éxito en la elección de consejeros nacionales en abril.
Pero pese a la confianza inicial, el sistema sí presentó problemas: las elecciones comenzaron el viernes 25 de enero, pero una vez que se abrió la votación se recibieron quejas de más de mil militantes que, aseguraban, no pudieron votar: reportaron fallas en la verificación a través de mensaje de texto para algunas compañías telefónicas y también problemas con los votantes en el extranjero.
Se recibieron tantos reclamos que el tribunal supremo del partido habilitó una página web para recibirlos y abrieron canales de comunicación. "A todas las personas que han tenido problemas para votar, escriban a tribunalsupremo@revoluciondemocratica.cl para poder resolver las dificultades", dijo el entonces diputado de la tienda, Pablo Vidal.
Dos días después, el 27 de enero, quien se impuso en la elección fue la diputada Catalina Pérez con el 50,9% de los votos, por encima del 39% que obtuvo Javiera Parada, quien en ese momento todavía militaba en RD. El triunfo fue reconocido por las dos contendoras de manera clara.
Las consultas municipales
Pero no han sido solamente los partidos quienes han usado esta modalidad de voto. En junio de 2019, las comunas de Las Condes, Quilpué, Lo Barnechea, Colina, Peñalolén, Antofagasta, La Florida y La Reina realizaron una consulta ciudadana en línea llamada "Horario Límite".
El objetivo era sondear si existía suficiente apoyo ciudadano a la idea de restringir el horario de circulación nocturno para menores de 16 años, diferenciando entre adolescentes de entre 13 y 16 y niños menores de 12. El proceso también estuvo a cargo de E-Voting y se usó el padrón electoral publicado por el Servel en 2017.
Los resultados mostraron que una mayoría del 85% de participantes se inclinó por establecer una restricción, pero los resultados de la consulta no eran vinculantes sino solo consultivos. Se destacó, además, que solo participó un 9% del padrón electoral, aunque el desarrollo técnico del proceso no llegó a recibir cuestionamientos.
Luego, en octubre, los habitantes de La Reina, Vitacura y Las Condes resolvieron qué modificación querían que se realizara en el Parque Padre Hurtado, también a través de E-Voting. La ciudadanía resolvió privilegiar la recuperación de áreas verdes del recinto sin incluir una laguna cristalina ni playas artificiales. Posteriormente se denunció la filtración de datos personales de los votantes.
La primera pregunta por la Constitución
A fines de 2019, cuando el estallido social estaba en pleno desarrollo, los alcaldes de todo el país comunicaron una iniciativa que, en cierta forma, marcó un hito: llamarían a una consulta nacional con el fin de buscar solución a los temas demandados por la ciudadanía. Surgió, entonces, la idea de preguntar por una nueva Constitución.
Luego del acuerdo del 15 de noviembre y del anuncio de un plebiscito nacional para abrir un proceso constituyente, los municipios resolvieron mantener la consulta pero cambiar el foco y la modalidad. Además del voto presencial, se habilitó la opción de voto electrónico en 30 comunas.
El proceso online se llevó a cabo sin mayores inconvenientes a excepción de Maipú, donde se criticó que cualquier persona podía emitir su voto: no había restricciones por IP ni validadores de identidad, pudiéndose incluso votar con ruts de empresas. Finalmente, la Asociación Chilena de Municipalidades resolvió que los "votos viciados" de la comuna no se considerarían en el conteo.
Los resultados de la consulta fueron tan robustos como los que obtuvo, casi un año después, el Plebiscito mismo: cuando había más de 2 millones de votos escrutados, se registraba que un 80% de los electores se inclinaba por cambiar la Constitución vigente.