Son nueve las semanas territoriales contempladas en el cronograma oficial de la Convención que fue aprobado a comienzos de noviembre, una por cada mes, entre octubre del 2021 y junio del 2022. De ellas, dos ya se han realizado (la última fue la semana pasada) y de las siete restantes, hay convencionales que plantean dudas respecto de su factibilidad.
Lo anterior, principalmente por los plazos que tiene el órgano para entregar una propuesta de Constitución y que, en caso de existir algún imprevisto, como un brote de covid-19, no darían los tiempos para cumplir con las normas autoexigidas en la Convención, ni tampoco para cumplir con el máximo de 12 meses que el Congreso otorgó como plazo para entregar su borrador de Carta Fundamental.
"Vamos a tener que sincerar la situación en algún punto y
hacer los cambios reglamentarios, ajustando todos aquellos requisitos o exigencias que nos hicimos a nosotros mismos que fueron muy voluntaristas, pero no realistas", reconoce Mauricio Daza (Independiente Nueva Constitución).
En esa línea, el convencional propone eliminar algunas semanas territoriales. "No sé si tenga sentido una semana territorial en febrero o en enero, cuando estaremos comenzando a votar normas sustantivas", señala.
Otra de las opciones que se están barajando al interior de la Convención es que esas semanas territoriales se realicen una vez que comience a funcionar la comisión de Armonización, cuando ya no estén votando normas constitucionales.
Otras opciones sobre la mesa son permitir que durante las semanas territoriales puedan sesionar por Zoom o que, derechamente, a partir de enero se eliminen las seis semanas territoriales restantes.
Cualquiera de las alternativas implicaría un cambio en el cronograma y también en el Reglamento General de la Convención, ya que el artículo 73 de dicho documento señala que el órgano considerará "una semana al mes para los efectos del trabajo territorial de las y los convencionales, denominada semana territorial, cuya finalidad será materializar y cooperar con la participación popular e indígena, según corresponda. En esta semana no podrán desarrollarse sesiones de pleno, comisión o subcomisión".
Calendario exigente
Ruggero Cozzi (Independientes-Evópoli-RN) también es de los convencionales que dice que se deben suspender algunas semanas territoriales: "El tiempo hay que saber administrarlo de modo eficiente. Con una buena planificación podremos redactar una nueva Constitución dentro del plazo previsto, pero es urgente corregir varios aspectos del actual cronograma, por ejemplo, eliminar las semanas territoriales de enero en adelante. Necesitamos más tiempo para debatir y votar las propuestas de normas en comisiones y pleno".
Otro convencional que se muestra a favor de realizar cambios en el reglamento en este sentido es Ignacio Achurra (Frente Amplio), quien señala que una vez que se consolidaron todas las indicaciones y propuestas del reglamento, se pudo observar cómo iba a ser el proceso completo. "Antes era imposible porque íbamos votando cada asunto particular, por lo tanto, no podíamos tener una mirada general de cómo iba a ser el proceso. Y cuando ya pudimos observar el sistema completo, efectivamente nos dimos cuenta o resulta bastante obvio, que es un calendario muy ajustado. No es un calendario imposible, pero es un calendario muy exigente".
A lo anterior, Achurra suma el hecho de que en el cronograma con el que hoy está trabajando "queda muy poco margen para eventualidades”, y que, por lo tanto, “parece razonable, pensar, por ejemplo, o en mover o en definitivamente eliminar algunas de las semanas territoriales, de manera de tener un poco más de margen en el trabajo de creación, votación y deliberación de normas en las comisiones".
Y si bien no hay ninguna decisión tomada, ya es una conversación que se está dando al interior de los distintos colectivos, entre los coordinadores de las comisiones temáticas y también en la mesa directiva.
Tammy Pustilnick (INN) también está de acuerdo con evaluar una reforma al reglamento, "que permita dar la alternativa al pleno de eliminar, suspender o reagendar las semanas territoriales", mientras que su par del Colectivo Socialista, Ricardo Montero, plantea que hay que "hacer una revisión integral del cronograma y en base a esa revisión ver qué cosas se pueden mejorar".
Por su parte, Felipe Harboe señala que “nosotros, en el Colectivo del Apruebo, estamos claros de la urgencia y estamos disponibles para que se suspendan o eliminen las semanas territoriales”.
Una mirada distinta había entregado en octubre Manuel Woldarsky (independiente), quien dijo que el plazo de un año para el trabajo de la Convención era “insuficiente”, por lo que proponía ampliarlo: "Debería ser un total de dos años, pero si es más, mejor". Sin embargo, para ello se requeriría una reforma a la actual Constitución en la que al menos dos tercios del Congreso aprobaran entregar más tiempo a la Constituyente, lo que convencionales admiten será difícil de conseguir con la conformación del nuevo Congreso que asume en marzo.
Así, en el actual escenario, los convencionales dicen que el cambio en el cronograma debiese hacerse pronto, en diciembre, y partir con las modificaciones en enero. De tal manera, la última semana territorial que se llevará a cabo tal como se planificó inicialmente será entre el 13 y el 17 de diciembre, justo antes de la segunda vuelta presidencial.
"Son necesarias"
Pese al consenso que existe en un amplio sector de la Convención, hay tres colectivos que se oponen a cambiar o eliminar las semanas territoriales. Marcos Barraza (PC) postula que "
estamos trabajando con la intensidad que corresponde", mientras Elsa Labraña (Pueblo Constituyente) señala que "las cuentas populares constituyentes son necesarias. A pesar de que el cronograma es apretado, por el momento es la única forma de que la ciudadanía se informe de forma veraz".
Y a eso último apunta también Manuela Royo, quien precisa que, como Movimientos Sociales Constituyentes, "consideramos que las semanas territoriales son esenciales para la participación, son esenciales para transmitir hacia la ciudadanía cuál es nuestro proyecto, cuál es nuestra propuesta, hacia dónde estamos avanzando, especialmente porque estamos en un contexto de mucha desinformación".