Mayor periodicidad y violencia. Esas son algunos de los denominadores comunes de los hechos delictuales que enfrenta el país en distintos puntos y bajo diversas problemáticas subyacentes. En el norte, algunos atribuyen el alza de homicidios y narcotráfico al poco control migratorio; en el sur, los ataques incendiaron revivieron la tensión entre el Gobierno y los camioneros; y en el centro, las manifestaciones terminan con heridos a bala; aumentan los robos robos y el comercio ambulante.
Muchas de estas situaciones son de larga data, sin embargo, autoridades y fiscales han hecho diagnósticos preocupantes en estas últimas semanas, incluyendo al propio Presidente Gabriel Boric quien condenó los hechos de violencia en barrio Meiggs, donde tres personas resultaron heridas a bala, incluyendo una periodista.
"No podemos permitir que las armas se sigan naturalizando en la sociedad chilena, que alguien percuta un arma contra una persona que estaba cubriendo una movilización, así comienzan las peores tragedias en América Latina, atacando también a la prensa", afirmó el Mandatario el lunes.
A esa reflexión, agregó el martes en Cooperativa que, a propósito del estallido social, "un mes antes, el ex Presidente Piñera decía que Chile era un oasis en América Latina. Entonces esta idea que Chile era una excepción y no teníamos los problemas del resto, yo creo que era falsa".
Otras declaraciones del Gobierno también han dado cuenta del complejo diagnóstico. Hace dos semanas, en conversación con
EmolTV, el
subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, afirmó que este es "
sin duda el peor momento para la seguridad que ha vivido el país desde el retorno a la democracia".
Análisis del Ministerio Público
Desde el Ministerio Público, algunos fiscales han hecho alusión a un poco auspicioso destino del país si es que no se toman medidas a tiempo. El director de la Unidad de Tráfico de Drogas del Ministerio Público, fiscal Luis Toledo, afirmó que este "no es un buen momento para la seguridad pública", y aunque según sus datos la tasa de homicidios en Chile sigue siendo baja respecto a países como Colombia o Brasil, al mirar lo que ocurre por zonas -por ejemplo, en el norte- el promedio "se olvida"; comparando las cifras incluso con "países como Haití".
Otra comparación aún más explícita hizo el fiscal regional de Tarapacá, Luis Arancibia en entrevista con la Revista El Sábado, quien no ve un futuro muy promisorio para esa región si no se reacciona pronto. "Tenemos todos los elementos para transformarnos en una zona tan terrible como la frontera de México o la triple frontera de Paraguay", pronosticó.
¿Hay punto de comparación?
Aunque las comparaciones con otros países de América Latina son una "señal de advertencia" por parte de fiscales o una muestra de una "alerta activada" por parte del Presidente Boric, las cifras de homicidios siguen siendo distantes, aunque no por eso inofensivas.
"
Chile ha vuelto a América Latina, con patrones que, por mucho tiempo, estuvieron ocultos por el éxito económico, la promesa de movilidad social que generaba el crecimiento y por los logros que tuvo el modelo", planteó recientemente el cientista político y académico de la UC, Juan Pablo Luna a LUN.
Para Pilar Lizana, investigadora de AthenaLab, aún no es comparable el escenario de Chile con otros países, al menos no si nos centramos en la tasa de homicidios. Según datos de Insight Crime a 2021, el país con la tasa de homicidios más alta por cada 100 mil habitantes es Jamaica (49,4); seguida por Venezuela, con 40,9. En tanto, Colombia tiene una tasa de 26,8; México, 26; y Chile se sitúa al final de la lista, con 3,6.
"Decir que Chile se está 'mexicanizando' es mucho; no estamos cerca de los problemas que tiene México, que datan de hace mucho más tiempo", agrega la investigadora.
Alejandra Luneke, académica del Departamento de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado e integrante del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), coincide en que "con la estadística que tenemos hoy, la situación de Chile no es comparable".
Globalización, poder de fuego y post pandemia
Hay tres posibles causales que analistas identifican como parte de incremento de la violencia en Chile: la globalización, los efectos "post pandemia" y el aumento del uso de armas de fuego.
Lizana
reconoce que "tarde o temprano" iba a llegar a Chile "lo bueno y lo malo de la globalización". Esto, porque "por mucho tiempo estuvimos alejados de la delincuencia organizada de América Latina, porque los problemas de acá estaban asociados a la delincuencia común (robos en la calle o a viviendas), pero con el avance del siglo XXI y del propio crimen organizado, empezamos a ser más atractivos, por nuestros puertos y porque somos un centro de consumo de drogas importante".
En la misma línea, Luneke agrega que "estamos frente a tipos de violencia a los que no estábamos tan acostumbrados y eso tiene que ver con mayor cantidad de armas de fuego, lo que se debe revisar en una agenda legislativa en esta materia".
Otra de las causas que se suman al análisis es la llamada "post pandemia" -o post desconfinamiento- que ha generado efectos negativos en toda la región. "El cierre de fronteras trajo consigo una mayor acumulación de droga en los territorios y su consecuente demostración de fuerza. En esta 'nueva normalidad' se acumularon dos años de armas, de consumo de drogas, y también de depresiones", afirma la académica.
"Mirar hacia adentro"
Aunque ambas analistas concuerdan en que la comparación de Chile y otros países de Latinoamérica aún no se sostiene, sí es necesario "mirar hacia adentro" y revisar el país actual con el que teníamos hace una década, pues es ahí donde "vemos un cambio y podemos ir concluyendo que esta situación va en alza", afirma Lizana.
Según datos del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD), en 2011 se registraron 371 homicidios, mientras que en 2021 hubo 192. Sin embargo, al observar los indicadores por tenencia ilegal de armas, éstas pasaron de 497 a 840.
Según datos de Carabineros, en lo que va de 2022, se han incautado 1.008 armas de fuego, se han desarticulado 284 bandas de crimen organizado, y 7.586 kilos de droga. Sólo la última semana (del 15 de abril al 1 de mayo) se incautaron 61 armas de fuego, 1.049 kilos de droga y se desarticularon 8 bandas.
En el sector de barrio Meiggs, al 30 de abril se han registrado 835 delitos de mayor connotación social (entre ellos, 3 homicidios, 2 violaciones, 46 lesiones, 397 robos y 387 hurtos) y se ha logrado detener a 65 personas.
Luneke afirma que también es importante diferenciar entre el aumento de los delitos con la violencia como forma de relación en la sociedad, y éstas son múltiples. "Tenemos violencias distintas; en los colegios, más criminal en la calle con armas de fuego, de género, entre otras. Y en ese sentido, la agenda de seguridad tiene que mirar más allá de los delitos", afirma.