El camping de la Corporación Municipal Desarrollo Social, en Calama, será el escenario en el que debutará la Comisión de Armonización, una de las últimas tres instancias de trabajo de la Convención Constitucional antes del fin del proceso.
Si bien su rol fue planteado esencialmente como una comisión que revisa temas de forma, como ortografía, gramática y estilo, y no asuntos de fondo, en los últimos días han surgido miradas entre los convencionales que sugieren que, para lograr la "coherencia" del texto final y superar las "omisiones", también podría interpretarse que se permite la incorporación de nuevas normas.
Pero aquello implica una discusión que sobrepasa lo técnico, y dado el quórum de 2/3 que requiere esa instancia para aprobar las decisiones que tomen, esto será probablemente el punto más difícil a resolver.
Lo primero, no obstante, será dar una estructura de funcionamiento a la comisión, y una vez resuelto eso, según comentó el vicepresidente Gaspar Domínguez este lunes, comenzarían por solucionar lo más sencillo: ortografía, estilo, gramática. Luego, la discusión se intensificará y derivará en los asuntos que podrían ser incluso de fondo.
"El primer gran nudo va a ser definir cuáles son realmente las atribuciones de la comisión. He escuchado a convencionales y analistas con expectativas que van mucho más allá de lo que realmente hoy puede hacer la comisión", plantea Carol Bown, que además considera que "las atribuciones son muy pocas, y modificar nuevamente el reglamento para ‘acomodarlo’ al interés político de algunos, no corresponde".
Esto podría pasar específicamente con normas que no se aprobaron y los convencionales han intentado reponer por varias vías antes: la que entrega la posibilidad de la nacionalidad a los extranjeros avecindados por más de cinco años, y la que permite insistencia del Congreso de Diputadas y Diputados por 4/7 para sobreponerse a la Cámara de las Regiones.
La coordinadora de la comisión, Tammy Pustilnick (INN), se refirió a esa en particular en entrevista con El Mercurio y aseguró que la comisión no sería un "examen de admisibilidad", por lo que si algún constituyente lo planteaba como indicación, debía revisarse.
"En ese caso hay que entrar a las atribuciones de Armonización, y entre ellas se señala que se debe velar por la coherencia de las normas aprobadas por el pleno y evitar incongruencias. Por lo tanto, podría ser una interpretación bastante válida decir que, si al faltar una etapa queda incoherente el texto, la comisión podría proponer una nueva solución", aseguró Pustilnick, recordando que igual necesitan 2/3 para la aprobación de las normas.
Este lunes, la mesa de la Convención aseguró que la mesa es el organismo que interpreta el reglamento y, llegado el momento, se pronunciarán al respecto. En ese sentido, para el convencional Agustín Squella (Col. del Apruebo) el principal nudo también es definir qué significa "superar omisiones".
"Si faltare de pronto una o dos palabras para dar sentido a una norma, conforme, cero problema. ¿Pero qué pasará si se presentan como omisiones del texto normas que algunos de los que estamos en la comisión echan de menos y que nunca antes fueron debatidas y que, peor aún, podrían haber sido rechazadas?", dice Squella.
"Tendremos que ser muy leales con las disposiciones aprobadas y mejorar su presentación, más no pensar en pasar nuevas normas de contrabando. La seriedad de la armonización y la imagen que proyecte dependen de esa lealtad", concluye el convencional.
"Hay mucha gente que le atribuye funciones o facultades que no fueron conferidas por el reglamento, que de hecho alguna vez pedimos que las tuviera, pero fue la izquierda la que se opuso porque no querían tener una comisión tan relevante", agrega Rodrigo Álvarez (UDI).
En tanto, la constituyente Ingrid Villena (Pueblo Constituyente) es parte de quienes aún tienen dudas sobre qué atribuciones tiene la instancia, por lo que la parte de llenar "vacíos" aún no le convence.
"Vacíos no sé si podemos llenar porque aún no nos entregan el protocolo de la comisión. Lo que tengo entendido es que dentro del reglamento solo podemos ver las faltas de ortografía, la redacción, la fusión de ciertos artículos, pero en ningún caso reescribir o eliminar lo ya aprobado", explica Villena.
La cantidad y otros nudos
Otro de los nudos que tendrá la instancia será determinar qué artículos son parecidos entre sí o redundantes para lograr la fusión o una nueva redacción que englobe a varios, lo que permitiría bajar drásticamente el número de normas. Aquella decisión, que podría ser un asunto de forma, también se podría convertir en un tema de fondo.
"Lo primero es saber si vamos a trabajar en base a una estructura nueva o la misma de las comisiones. Posteriormente, identificar los artículos que pudieran relacionarse en los mismos temas y ser agrupados y ver si está la voluntad política para fusionar algunos que pudieran estar repetidos", comenta Villena.
La semana pasada, la constituyente Natividad Llanquileo levantó una alerta en ese sentido: llamó al pueblo mapuche a estar atento a la comisión, porque el proceso que vendría sería "complejo", a su juicio.
"Ya existen comentarios, que espero que sólo se queden en comentarios, de que nuestros derechos ya se empezarían a tijeretear. Por ejemplo, respecto a la justicia, que se estarían sacando los instrumentos internacionales, o respecto del consentimiento", sostuvo.
Además, la instancia tendrá que definir cuál será la estructura del borrador de Constitución y elegir un artículo 1°, que si bien se mencionó que podría ser el que plantea que "Chile es un Estado social democrático de derecho", no es seguro aún.