"Al finalizar mi mandato Chile será un mejor país". Esa fue la promesa con la que el
Presidente Gabriel Boric cerró su extenso discurso de su segunda cuenta pública; para varios, la primera en que realmente daría cuenta de los avances de su gestión, a diferencia de la anterior, donde apenas se acercaba a los tres meses de su mandato.
Esta vez, con un año y tres meses en el cargo, el Mandatario no escatimó en algunas improvisaciones, retórica, ni mucho menos en tiempo para plasmar latamente los anuncios y las proyecciones: en concreto, tardó poco más de tres horas y media en entregar su mensaje ante el Congreso Nacional y la ciudadanía, el más largo desde el retorno a la democracia.
En materia de anuncios, el Presidente se centró en tres grandes ejes -derechos sociales, seguridad pública y desarrollo sostenible-, desde donde abordó temas como la migración, salud e inversión; así como también la deuda histórica de los profesores, el CAE, y la ampliación del derecho a Sala Cuna, entre otras, varias de ellas
sujetas a los destinos que corra la reforma tributaria, luego del gran portazo que sufrió el Ejecutivo en marzo de este año, tras el rechazo del texto en la Cámara.
Sin ir más lejos, en
diez oportunidades el Presidente sujetó los anuncios a la iniciativa en la que, según sostuvo, insistirá a fines de julio para que se retome la tramitación en el Senado.
Y aunque el Mandatario se tomó un momento para hacer un "mea culpa" ante la postura que tuvieron como Ejecutivo ante la fallida Convención Constitucional, subrayó que se mantendría firme con sus principios: "Si alguien me pregunta: ¿acaso estas constataciones los ha hecho modificar sus principios? Mi respuesta es No: seguimos convencidos de la necesidad de avanzar hacia un país que ofrezca más libertades, (....) que defiende las diversidades y enfrenta con firmeza la homofobia, que no relativiza los crímenes del pasado", dijo.
Y profundizó: "En un país moderno y civilizado, no es aceptable que se hostigue a una académica por ser mapuche; o enrostrarle a una diputada la muerte de su hija/o y su duelo; o que un ministro tenga que dar explicaciones especiales respecto a una política pública por ser homosexual; o que una senadora que sufrió una gravísima violación a sus derechos humanos tenga que responder a acusaciones absurdas y revictimizantes", planteó el Mandatario.
Ante este escenario, expertos conversaron con Emol para analizar varias claves del discurso, y profundizar en que si aquellas dudas que rondaban, incluso antes del 1 de junio, se lograron responder. ¿A quién le habló el Mandatario?, ¿a su sector o a las "grandes mayorías?, ¿hubo anuncios potentes?, ¿valieron la pena los 216 minutos del discurso?, y sobre todo: ¿se inaugura un nuevo ciclo político en la era Boric?
Lo extenso "quita atención a lo importante"
"No se justifica la extensión", es una de las respuestas que más se repite entre los analistas consultados. Para Octavio Avendaño, analista político de la Universidad de Chile, el hecho de que sea un discurso así de largo no se justifica "más que por intentar tratar de justificar los errores o desaciertos del Gobierno".
Incluso, recalca que "se ha comparado mucho la extensión de esta cuenta pública con la del ex Presidente Patricio Aylwin en 1993, pero no hay que olvidar que en aquella oportunidad había mucho que decir; había que consolidar la institucionalidad democrática y avanzar en materia de derechos humanos; esto no es comparable, ni siquiera por más ambiciosa que sea la agenda del Mandatario".
En la misma línea, el analista político y director de TresQuintos, Kenneth Bunker, profundizó que "más allá del ruido de producir un nuevo récord, le quita la atención a lo importante. Si hubieran existido muchos logros del Gobierno, eso sería lo destacable".
Asimismo, Claudio Alvarado, director ejecutivo de IES Chile, planteó que esta "cuenta pública excesivamente larga", probablemente tiene que ver con "la cantidad de temas que intentó abordar y la cantidad de señales que quiso entregar a distintos públicos. Pero la extensión probablemente atenta con la viabilidad de entregar un mensaje claro a la ciudadanía, los sellos, los ejes, y las prioridades inequívocas por las que el Gobierno debiera ser recordado".
"Quiso hablarle a todo el mundo", pero dejó "señales" a su sector
"Tuvo guiños hacia su sector y tuvo guiños hacia la oposición en grande", es la impresión con la que se quedó Cristóbal Huneeus, director de DataScience de Unholster, al ser consultado por ese "público" al que le habló el Presidente Boric en su discurso; esa ciudadanía a la que desde la oposición -e incluso desde su propio sector-, le pedían "ver y escuchar sus necesidades", más allá de su "nicho".
La opinión es compartida por Alvarado, quien remarcó que "
el Presidente quiso hablarle, literalmente, a todo el mundo; a las grandes mayorías, con señales que son doloras para su mundo político de origen, como los 'actos terroristas' y el mea culpa respecto a la fallida Convención Constitucional". No obstante, el experto precisa que "al mismo tiempo, entregó señales para su base de apoyo, para su nicho".
Para Avendaño, también quedó claro que el Mandatario le habló "a una audiencia más amplia y no sólo al nicho del 28% que lo respalda directamente en su gestión", aunque recordó que el Mandatario ha tenido estos gestos en ocasiones anteriores.
Lo clave, comenta el académico de la Universidad de Chile, es el contenido del discurso o cómo se lograrán materializar esos anuncios, "pero fue bastante ambiguo en algunos puntos, con diagnósticos que son compartidos por la población, como el aumento de la delincuencia, que hay problemas económicos, cuestiones que entiende el grueso de la población".
Los destinos de la reforma tributaria: Una jugada "arriesgada"
"Arriesgado" e incluso "engañosa". Así definen los expertos consultados la prevalencia que tuvo la reforma tributaria en gran parte de su discurso, en concreto, en el anuncio de diez iniciativas que dependerían de dichos recursos para poder concretarse.
"Me parece bastante engañoso. Creo que aquí hay un problema de transparencia que no se está abordando. El Gobierno, así como en algún momento se avaló en la necesidad de una nueva Constitución, ahora se está avalando en la necesidad de una reforma tributaria. Pero no sabemos cuáles van a ser los alcances de ésta y si realmente va a lograr cubrir buena parte de estos objetivos que se ha trazado", comentó Avendaño.
Alvarado, por su parte, apunta a lo "arriesgado" de la insistencia del Presidente, e incluso puede convertirse "en un arma de doble filo". Según precisa, "es una forma de presionar al Congreso, de transmitirle de manera inequívoca lo relevante que es para esta administración el alcanzar esta reforma, pero al mismo tiempo, como dice el refrán, es poner muchos huevos dentro del mismo canasto".
Lo anterior, considerando "la correlación de fuerzas del Congreso y la delicada situación desde el punto de vista de la popularidad ciudadana en la que está el Gobierno", apunta el director ejecutivo del IES.
Por su parte, Huneeus agrega que con las reiteradas menciones de la reforma, el Presidente también le habló a su sector: "le está diciendo 'ya, pongámonos las pilas'. Y es que la pelota está en el lado del Gobierno. El Gobierno tiene que mostrar las cartas y el ministro Mario Marcel tiene que presentar una nueva reforma que recoja los puntos de la oposición; lo mismo en la reforma previsional".
Los anuncios
Según Avendaño, los anuncios que entregó el Mandatario no difieren demasiado de los que ha intentado plantear y llevar adelante en su agenda de Gobierno y en su agenda legislativa desde la derrota del 4 de septiembre. "En ese sentido, no hay grandes anuncios. Hay algunos anuncios que son más bien paliativos y que tienen que ver con resolver problemas puntuales a hora del invierno pero no más allá de eso", comentó.
"Respecto al tema de las Isapres, tampoco se sabe qué va a pasar con el resto del sistema de salud o qué pasaría si es que eventualmente se produce un problema con la salud privada y con las isapres. Entonces, en ese sentido los anuncios no son muy relevantes a pesar del énfasis que se le otorga a través de los medios", remarcó.
Por el contraste, Bunker apunta a que los anuncios "están bien", pero reconoce que el problema es "que puede haber una gran diferencia entre prometer algo y entregar; hay muchas promesas sobre la mesa y hay poca entrega. Hay muchas personas que pensaron que con respecto a lo que se prometió en un principio, iba a llegar y finalmente no llega, y eso produce un poco de rechazo en la sociedad".
"Creo que eso pasa aquí también. El tema de la seguridad es un gran tema, el tema de la economía, el tema de la migración. ¿Cómo se van a hacer cargo de esos problemas tan grandes si es que no logran encontrar un punto medio y negociar con su oposición? Yo creo que el discurso está bien, en general los puntos que menciona el presidente están bien, pero la pregunta tiene que ver más con la factibilidad que se le pueda dar", apuntó.
¿Se abre un nuevo ciclo político?
Un ciclo "intermedio", que al menos durará hasta la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar. Esa es la perspectiva que tiene Bunker frente al proceso que pudo abrir -o cerrar- con esta segunda cuenta pública y sus anuncios.
"Sería muy mezquino decir que retrocede, pero sería muy temerario y demasiado entusiasta decir que inauguró un nuevo ciclo; no hay motivos para firmar eso".
Claudio Alvarado, director ejecutivo IES
"Esto va a depender mucho también de lo que pase al interior de la coalición del Presidente, que yo creo que es como lo que está dominando en general la dirección del Gobierno los problemas políticos, los gestos y guiños que el Presidente le haga, y cómo eso genera confusión y una interacción con la oposición para negociar cosas más grandes", comentó.
Y sobre aquello, destaca el proceso constituyente que también tiene que resolverse antes de fin de año. "Entonces esto va a durar pero probablemente le va a servir al Presidente para subir algunos puntos en las encuestas como siempre pero creo que no va a durar tanto en el debate público porque hay muchas otras cosas que están pasando también".
Para Avendaño, "más que inaugurar un nuevo ciclo político, lo que el Presidente está haciendo es tratar de actuar en función del marco y del margen de maniobra que posee en este momento; que es muy escaso, y eso en gran medida explica que gran parte de la cuenta hayan sido justificaciones y diagnóstico más que proposiciones sustantivas que apunten a cambios reales y a cambios sustantivos que son los que se esperaban inicialmente desde el inicio de su gestión".
Por su parte, Alvarado dice "no ver motivos" para considerar de que se pueda estar en presencia de un nuevo ciclo. "Es un Gobierno que está intentando rectificar el rumbo, y acá me parece que da un paso más en la misma línea lo que viene haciendo, que es intentar al mismo tiempo conciliar su base de apoyo con señales que le dirigen acuerdos más transversales".
"Sería muy mezquino decir que retrocede, pero sería muy temerario y demasiado entusiasta decir que inauguró un nuevo ciclo; no hay motivos para firmar eso", cerró.