Diversas autoridades, tanto de Gobierno como de las policías y alcaldes, presentaron esta mañana la segunda fase del reforzamiento del Plan Calles Sin Violencia, estrategia implementada para hacerle frente a la crisis de seguridad y que se amplió a finales de julio producto de una ola de asesinatos en la capital.
El programa suma en esta segunda etapa 909 funcionarios de Carabineros para reforzar la seguridad en la Región Metropolitana.
La primera fase, que inició el 29 de julio, contempló la incorporación de 616 carabineros a las funciones operativas en
las calles y barrios de la Región Metropolitana. De esos uniformados, 200 fueron equipados con 100 vehículos, que ejecutan los "Operativos Enjambre".
Las operaciones contemplan el despliegue de equipos de manera dinámica, patrullando y fiscalizando distintas zonas de la región con mayor probabilidad de delitos, con foco en robos, tráfico de drogas y homicidios.
Con esta segunda fase, los policías se desplegarán en 400 puntos de alta
afluencia de personas en la región, como centros comerciales, intermodales, estaciones de metro o paraderos de transporte público.
La tercera fase comenzará el último trimestre de este año y sumará 144 carabineros adicionales para realizar rondas nocturnas. Así, con el reforzamiento del Plan Calles Sin Violencia, se dotará a la Región Metropolitana de un despliegue de 1.669 nuevos policías.
Asimismo, adicional a este plan, se está reforzando el trabajo de la Policía de Investigaciones (PDI) a través del aumento de las fiscalizaciones de control migratorio, con un operativo nacional mensual y tres operativos semanales adicionales y exclusivos para la Región Metropolitana.
Esta medida implica el incremento de los funcionarios regionales de la unidad dedicada a investigar el tráfico de drogas, uso de armas y patrimonio de bandas criminales, de 135 a 250.
