"Contactaba por diferentes plataformas a adolescentes de nuestra región, también chilenas, a las cuales ofrecía grandes sumas de dinero, además de otros beneficios para poder explotarlas sexualmente". Así, la fiscal de Iquique, Camila Albarracín, explicaba el modus operandi de un hombre de 58 años que quedó en prisión preventiva por su presunta participación en este ilícito. El caso no es aislado. Datos entregados por el Ministerio Público dan cuenta de un aumento del 68,9% en este tipo de delitos, puesto que los 777 casos registrados en 2023 subieron a más de mil 300 el año recién pasado. La situación refleja un incremento significativo si se considera que los tres años que precedieron a la pandemia las cifras se encontraban entre los 200 y los 300 ingresos. El director de la Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Explotación Sexual de la Fiscalía Nacional, Maurizio Sovino, detalla que al hablarse de este tema se hace alusión, particularmente, "a llevar a cabo conductas sexuales a través de algún tipo de intercambio. Por ejemplo, a través del pago de dinero, especies como ropa, cigarros o droga". También llama la atención de una subcategoría dentro de estos ilícitos: los ingresos por "promover o facilitar la explotación", han aumentado de 571 a 1.105 de un año a otro. Es decir, son casi el doble.