Una manifestación que comenzó con estudiantes saltando los torniquetes del Metro de Santiago actualmente se desarrolla en todo el país. Un movimiento caracterizado por no tener voceros o un petitorio exclusivo, pero que aun así ha logrado levantar consignas que en todo el territorio nacional se repiten una y otra vez. Ahora, una plataforma online busca representar de alguna forma estas demandas y poner sobre la mesa las peticiones que se pueden ver en pancartas y escuchar en gritos.
Se trata de "
Chilecracia", una plataforma liderada por
César Hidalgo, académico nacional en diversas casas de estudios en el mundo y también creador de DataChile, que a través de
un mecanismo de participación plantea -de manera aleatoria- dos ideas que podrían ser discutidas en el país y le solicita al usuario
darle prioridad a una por sobre la otra.
En conversación con Emol, Hidalgo detalla que actualmente existen 90 ítems -o propuestas- que generan 4.005 opciones de pares entre las que los usuarios pueden inclinarse. Sin embargo, es claro a explicar que no se trata de una encuesta. "Una encuesta pretende ser representativa y fuerza a que las personas que participen cumplan una cierta demografía", comenta.
Pensión mínima, edad de jubilación, sueldos de altos funcionarios, vías exclusivas para buses, cárcel efectiva para delitos de colusión, protección al consumidor, matrimonio igualitario, custodia parental, legalización de la marihuana son sólo algunos de los ítems que integran esta lista y que, según el físico, no es definitiva.
"La web es un medio muy vivo, entonces como Chilecracia se va a ver hoy en la noche, va a ser distinto a cómo se veía ayer y esperamos que la próxima semana podamos comenzar a pensar en otras features como tener maneras de participación donde la gente pueda agregar ítems y hacer que esta lista vaya cambiando y evolucionando también", agrega.
Una de las características que ha marcado el movimiento social que se desarrolla en el país ha sido la inexistencia de voces oficiales o rostros que lideren las marchas. Chilecracia tampoco viene a cumplir ese rol: "no pretendemos ser ningún mecanismo oficial ni partido político. Por el contrario: somos una iniciativa ciudadana que ayuda a integrar esta información y proveerla de vuelta a cualquier persona que quiera poder participar o verla".
¿Cómo funciona Chilecracia?
La plataforma es bastante simple para quien se enfrenta a ella. En una pantalla de fondo blanco aparece una pregunta "¿Qué priorizarías?" y a continuación dos ítems que son aleatorios. Ante ellos el usuario puede seleccionar uno (y así aumentar su ránking) o presionar la opción "no tengo preferencia" y pasar al siguiente enfrentamiento.
Un poco más abajo está la opción "¿nos contarías un poco más sobre ti?" que levanta una ventana emergente en la que se consulta por el género, la edad y la región de residencia, además entrega una barra deslizable para posicionar la orientación política entre "izquierda" y "derecha".
4.005son las opciones de pares que se pueden priorizar en la plataforma.
Esto es para representar un poco algunas características de quienes participen. "Los sistemas de participación más democráticos tienen sesgos de participación. Cuando un alcalde o un Presidente es electo no se elige por personas que son representantes fieles de la distribución demográfica de esa población, las personas que deciden votar tienen también sesgo de autoselección", apunta Hidalgo.
La aleatoriedad de esta plataforma es fundamental, no sólo para entregar a los usuarios enfrentamientos que no marquen sesgos, sino también porque ayuda en el combate de bots. "Por ejemplo, si llega un bot a cliquear de manera aleatoria eso sólo mete ruido, pero no cambia el ranking".
"Además, las alternativas no son excluyentes. Cuando un usuario elije una por sobre otra no está diciendo 'esta gana y la otra pierde', sino que estás ayudando a rankearla. La que el usuario no elije puede terminar de segunda, incluso en las preferencias propias", señala a Emol.
"La gente está acostumbrada a otro tipo de elecciones, la gente está acostumbrada a elecciones o sistemas de participación donde la limitación de la participación está dada por los líderes, es decir, yo te doy un voto y hay muy pocas cosas que votar. En este caso es lo opuesto: yo te doy muchos votos y hay muchas cosas que votar", puntualiza.
Una plataforma que está viva
Chilecracia nace en sólo 24 horas desde "un conjunto de personas que estaban interesadas en la situación que está pasando en Chile". Fue el trabajo de "un equipo de desarrolladores, diseñadores, académicos y creativos chilenos, estadounidenses y brasileños".
"Algunas [de las fuentes] fueron medios sociales, también hubo mucha participación de miembros de Espacio Público -que es un think tank que existe en Santiago, donde trabajan muchas personas asociadas a políticas públicas-, compañeros de universidad, algunos parlamentarios también participaron y, con eso, curé yo una lista que fuese más o menos corta y manejable", señala el académico.
Así, a partir de las preferencias entregadas por quienes participan se elabora un ránking de preferencias que es abierto al público. César destaca que la noche de hoy viernes "queremos hacer es actualizar la página de resultados, entonces vamos a poder desagregar más los resultados. Tenemos un poco de información sobre las preferencias por región, por género o por edad y queremos incluir esa parte dentro del análisis".
El siguiente paso, que esperan dar durante el fin de semana, es liberar "un archivo con millones de preferencias para personas que estén interesadas en visualizar o analizar esta información lo puedan hacer de manera independiente".
La protección de datos
Uno de los temas que surge al momento de analizar estas preferencias es la protección de información de quienes participan, sin embargo, el equipo detrás de la plataforma tomó las medidas necesarias para evitar vulnerar la privacidad de los usuarios y, al mismo tiempo, lograr una base de análisis pública y disponible para quien la necesite.
"Hemos sido muy cuidados en capturar información que no es identificable. En Chilecracia no hay que registrarse como usuario ni se pide el RUT, sólo se pide región, edad, género y alineamiento político, y con esas cuatro variables no se alcanza a hacer un cuasi identificador", confirma Hidalgo a Emol.
"Si pidiéramos identificación más precisa o un identificador como el RUT no podríamos abrir la data, y por eso decidimos no pedir RUT ni más información demográfica para evitar constituir este cuasi identificador y poder tener una plataforma en que la gente llega y puede participar sin la necesidad de tener una cuenta", añade.
Es por esto que sólo se requieren datos para ordenar de alguna manera los resultados que se entreguen públicamente. "Creemos que la confidencialidad en este tipo de procesos es realmente importante, esto es más que nada para estudiar, ver y mostrar si este tipo de preferencias varían con dimensiones demográficas simples".