En 1979 el director Gonzalo Bertrán estaba buscando un animador diferente, y encontró al Pollo, quien condujo "Nuestra Hora", un programa muy revolucionario para esa época. En 1981 se cambió a TVN para coanimar, junto a Raúl Matas, "Vamos a Ver"; luego volvió al 13 a conducir “Conversando”. En 1983 Alfredo Lamadrid ideó un espacio al mediodía para la dueña de casa: “Éxito”. Ese fue el programa que lo consagró como animador. Lo condujo por nueve años y dejó un poco de lado la música. Después vino "Venga Conmigo", que hizo durante 10 años. El '99 su vida dio un vuelco y se fue a Mega, donde condujo dos programas a los que no les fue muy bien, "Siempre Contigo" y "Entre Nos".
-¿Te provoca conflicto no estar en televisión?
"Honestamente, no me gusta estar recibiendo sueldo sin hacer nada; no me parece bien ni me hace sentir bien. Yo creo tener condiciones para estar en la televisión, pero Mega no lo siente así y tengo que aceptar que ellos me contrataron por cuatro años y al cuarto decidieron no hacer nada conmigo y tengo que aceptar que mis empleadores piensen que no sirvo para la tele".
-¿Qué crees tú?
"Yo no lo siento así. Me parece que tengo mucha cercanía con la gente, empatía, tengo credibilidad frente al público; además de mi capacidad de cantar, de hacer humor; todo lo que he demostrado en 20 años de programas… ¡No estai hablando de un pinganilla!"
-¿A qué lo atribuyes? ¿A la edad? ¿Al tipo de programa?
"Yo creo que la televisión actual está complicada, está pasando por un proceso que todos conocemos y donde, preferentemente, la gente joven es la que prima. En este país, lo jóvenes llegan hasta los 30 años, porque el que tiene 40 ya empieza a complicarse.
"Creo que tenemos una responsabilidad todos los que trabajamos en televisión, todos debiéramos empezar a inquietarnos, porque si miras, lo que prima hoy en la tele son los programas mediáticos, los que más venden, los que hablan de la farándula".
-¿Qué te parece eso?
"Es que hay tanta gente que se está dedicando a eso por obligación… periodistas, políticos, deportivos, humoristas, cantantes. Yo no tengo nada en contra de ellos y creo que es una respuesta a lo que el medio puede ofrecerles y hay que trabajar y comer, aunque no les guste lo que están haciendo, no les queda otra".
-¿Estarías tú dispuesto?
(Se ríe)"¡Quién sabe si el día de mañana yo también estaré ahí!, descalificando y criticando gente… no sé, en una de esas, capaz; si es obligación habría que hacerlo tal vez".
-Pero eso está mandando hoy día.
"Sí, claro y, además, una televisión muy confrontacional. No tengo nada con entrar en confrontación, pero sin herir a los demás, sin referirse a las familias ni meterse en las vidas privadas. Yo creo que se puede hacer otro tipo de televisión y espero que así sea, por el bien de los chilenos, porque esto tiene mucha repercusión".
-Volviendo a lo tuyo, ¿qué razón te dio Mega para sacarte de pantalla?
"Ninguna. La verdad es que presenté un proyecto de programa, no les gustó y no hubo respuesta y nada más. Mucho respeto para conversar, pero nada más que eso. Tuve que acatar lo que ellos piensan como ejecutivos del canal.
"Hay que esperar que se cumpla mi contrato en diciembre y ahí veré qué es lo que hago".
-Mientras tanto, no puedes aparecer, porque tienes contrato de exclusividad.
"Así es; no puedo aparecer en cable ni en nada. Afortunadamente, tengo mi otra pega que es cantar y que me gusta mucho".
-Tal vez era el momento de retomar esa faceta que habías dejado un poco de lado.
"En mi vida las cosas se han dado siempre para mejor –hablando de la cosa laboral- y volver a cantar me ha devuelto las ganas de vivir plenamente. No puedo decir que se me hayan acabado las ganas de vivir por no estar en la tele, pero fue un poquito fome".
-Y provoca un poco de angustia, también.
"Claro, pero como me gusta cantar, el hecho de que me hayan dado libertad para volver a hacerlo y no tener que estar absorbido por los horarios de la televisión. Todo me ha permitido estar cantando sin parar. Canté en Vallenar; la semana pasada en Puerto Montt; la anterior en Castro; la otra en Ovalle; llegué de cantarle a mil chilenos en Miami a cantar todas las Fiestas Patrias aquí. En octubre parto una gira nacional".
-¡No paras!
"No, no paro; tengo contratos hasta marzo sin dejar de cantar".
-¿No echas de menos a la tele?
"No, pa' na, si a mí lo que me gusta es cantar. Si yo pudiera cantar y no trabajar en la tele, sería feliz. La televisión es una obligación comercial y, además, de vigencia, porque si no salgo en la tele, la gente no se entera que fui a cantar a todas estas partes, no tiene idea… ¡es un suplicio esta cuestión de la tele!"
-Es como un caníbal.
"Exactamente. Es muy poderosa, muy fuerte. Espero, ojalá, estar los próximos seis meses sin televisión. Fíjate lo que estoy diciendo, porque igual es riesgoso, porque uno tiene que mirar el futuro".
-Pero, ¿volverás a la TV?
"No tengo la menor duda, porque creo plenamente en mis condiciones y en el respaldo de la gente. Pero en su momento preciso, sin desesperación, sin apuros; con un programa acorde con los tiempos, pero tampoco aceptando cualquier cosa".