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La educación 4.0 y su aporte al técnico profesional

La realidad virtual y la robótica son algunas herramientas innovadoras que están revolucionando el modelo educativo tradicional. Jamil Salmi, experto en educación superior, aborda la importancia de un cambio de paradigma en relación al aprendizaje.

11 de Diciembre de 2019 | 15:06 | Por Equipo de Ediciones Especiales Digitales

Las nuevas tecnologías han cambiado las formas de enseñar y aprender. Es por eso que se habla de la educación 4.0, un concepto que alude a la disrupción de distintas herramientas técnicas permiten preparar a los y las estudiantes de forma virtual.

Antiguamente la educación se centraba en desarrollar otro tipo de competencias, pero hoy día este aspecto ha cambiado dando paso a un modelo cuyo foco es colaborar, crear soluciones y utilizar las tecnologías.

Según Jamil Salmi, experto en educación superior de visita en Chile a través de Vertebral, el consejo de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados el aprendizaje hoy en día tiene un gran aliado que facilita un sinnúmero de acciones en el aula.

A modo de ejemplo, el académico menciona algunos avances tecnológicos como hacerle preguntas a un robot en lugar de un ser humano, universidades europeas que cuentan con robots como asistentes de profesores, el uso de inteligencia artificial, o en lugar de ir a un museo, usar cascos de realidad virtual.

Así, destaca que la importancia de la educación 4.0 posibilita a los estudiantes “enfrentarse al mundo real sin necesidad de salir de la universidad”.

De acuerdo al experto, este cambio de paradigma debe abordarse a nivel de políticas de Estado, pues este ítem es un aporte al desarrollo de las naciones.

En este sentido el académico explica la urgencia de una “educación de calidad con la finalidad de que las personas se formen para aportar a la sociedad una vez graduadas y como profesionales contribuyan al desarrollo del entorno, la comunidad y a la economía”.

Innovar en la educación superior técnico profesional


Salmi llama a tener en cuenta que las instituciones de educación superior "no solo deben preparar a profesionales, sino también a ciudadanos con valores positivos, abiertos al diálogo, a aceptar opiniones distintas, que puedan construir un consenso hacia el tipo de sociedad que Chile quiere ser".

Si bien la educación vinculada a la tecnología y la innovación, promete el progreso de los países, pero Salmi advierte una peligrosa limitante. “Se crea una brecha entre los países que tienen recursos para acceder a tecnología. Hace poco trabajé en Nigeria y ahí es terrible porque las universidades, o los institutos técnicos ni siquiera tienen electricidad, sin hablar de internet”, dice.

Sin embargo, recalca la infinidad de posibilidades que entrega la tecnología, a través del ejemplo de un profesor en Montreal que maneja un Rover, (tipo de robot que viajó a Marte).

“Muy pocas instituciones pueden pagar un robot así pero a través de internet él tiene estudiantes en Chile, Ecuador y México que pueden hacer sus experimentos usando los vínculos, la colaboración y facilita la investigación”, cuenta.

Trabajar de esta manera, según Salmi sirve para aprender e ir cometiendo errores sin peligro, esto permite idear pilotos o experimentos técnicos-médicos, pues “se puede hacer una simulación y después pasar a la realidad, eso permite una formación concreta, realista y mucho más amplia que las tradicionales”.

Los desafíos pendientes


Si bien, asegura que no existe una fórmula mágica, el experto recomienda a los países a destinar buena parte del Producto Interno Bruto (PIB), en Investigación y Desarrollo (I+D).

“Chile invierte un 1%, a diferencia de países como Dinamarca que invierten el 3%”, dice. Y añade: “cuanto más pueda dedicar a la investigación, más oportunidades va a generar, de crear, de innovar, descubrir nuevas formas de producir, curar enfermedades”.

Además de las barreras económicas, también existen brechas en materia de género, pese a que según Salmi la mayoría de los países hay más mujeres que hombres en la educación superior, pero aún hay obstáculos.

“Todavía hay brechas de acceso a las carreras técnicas y tecnológicas, acceso a los puestos más altos de académicos, acceso al liderazgo, la participación de mujeres rectoras es mucho menos que de hombres”, dice.

El experto distingue otros desafíos en el caso de Chile, entre ellos el desprestigio de los institutos frente a las universidades tradicionales, así como también la urgencia de que las carreras técnicas puedan optar a maestrías.

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