El
nacimiento de un hijo es motivo de infinita alegría para los padres, y es por eso que resulta lógico que
tras nueve meses de espera quieran abrazar y besar al recién nacido.
Sin embargo,
en tiempos de coronavirus el contacto estrecho se ha vuelto un tema complicado, de ahí que el Colegio de Matronas entregara a los padres un especial -y quizás difícil de seguir- consejo:
evitar besar a sus hijos recién nacidos.
Según publicó La Estrella de Arica, la sugerencia se fundamentaría en el hecho de que
las guaguas nacen con una baja inmunidad y eso podría
exponerlas al coronavirus, en caso de que alguno de sus padres sea un caso asintomático.
"Está comprobado que
es la gotita la que contagia", recordó Anita Román, presidenta del Colegio de Matronas, quien señaló que además de evitar los besos, los padres deben tener los mismos cuidados que se les piden a otras personas:
usar mascarillas y lavarse las manos.
Esto, por supuesto, si es que ninguno de los dos está comprobadamente contagiado, ya que en ese caso
quien es positivo a coronavirus no debe tener ningún contacto con el recién nacido. En el caso de que sea la madre, si está con lactancia debe sacarse la leche y que otra persona que no está contagiada se la dé a la guagua.
Pedro Daza, jefe del departamento de ginecología de Clínica Las Condes, señaló hace algunas semanas a
Emol que en todas las instituciones de salud
existen protocolos para los partos de mujeres con diagnóstico positivo de coronavirus.
En ese sentido, explicó que
la madre de ingresar a la sala de partos con todo un equipamiento de protección y se intenta que en el lugar haya la menor cantidad de personas posible.
"
Puede participar el papá, pero con toda la indumentaria de protección. Todos están a un mínimo de dos metros, se atiende el parto y
la guagua no hace apego con su mamá, sino que lo hace con el papá", detalló.
Asimismo, el médico debe procurar cortar el cordón umbilical lo más rápido posible, al contrario de lo que ocurre en los partos en condiciones normales, donde madre y recién nacido se separan cuando el cordón deja de latir.
Tras el nacimiento, la guagua queda aislada de su madre. El contacto directo madre-hijo recién puede concretarse cuando la paciente ha estado dos semanas sin síntomas.