El cáncer cervicouterino es la causa de más de 600 muertes anuales en Chile, una cifra alarmante que podría reducirse drásticamente en los próximos años gracias a un esfuerzo coordinado por el Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS-UDD). A finales de 2023, este organismo reunió a los principales especialistas en oncología del país para desarrollar un plan integral que permita enfrentar esta enfermedad desde tres frentes: prevención, detección y tratamiento.
Inspirados por la estrategia global para eliminar el cáncer cervicouterino, presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022, los expertos llevaron a cabo un exhaustivo diagnóstico basado en evidencia internacional. El resultado fue un conjunto de recomendaciones adaptadas a las realidades del sistema de salud chileno y enfocadas en mejorar el acceso, la calidad y la equidad en los servicios.
Estas recomendaciones se dieron a conocer el pasado 11 de diciembre en el “Seminario Internacional de Cáncer Cervicouterino en Chile: Recomendaciones para su Eliminación” que se realizó en la Universidad del Desarrollo en la comuna de Las Condes.
“La pobreza y la vulnerabilidad son factores que determinan el acceso, tratamiento y diagnóstico oportuno a esta enfermedad. La mortalidad por este cáncer es mayor en quienes tienen menor cantidad de años estudiando en el sistema escolar. La OMS plantea que este es un problema de salud pública y que hay que erradicarlo. Como equipo creemos que si se implementan estas 21 medidas llegaremos a esta meta en Chile para 2034 y, lo que es mejor, estaremos eliminando una enfermedad social”, aseguró Paula Daza, directora ejecutiva de CIPS-UDD.
Un plan basado en pilares sólidos
El trabajo se estructuró en mesas temáticas, cada una alineada con los pilares definidos por la OMS. Entre las recomendaciones transversales más destacadas se encuentran la implementación de un sistema informático integrado para la trazabilidad de las pacientes, la educación en salud para profesionales y usuarios, y la creación de un sistema de vigilancia del Virus del Papiloma Humano (VPH).
El sistema informático permitiría monitorear desde la vacunación inicial hasta el tratamiento, asegurando que las pacientes reciban una atención continua y coordinada. Además, la vigilancia del VPH mediante un observatorio nacional sería clave para analizar la prevalencia del virus y evaluar el impacto de las estrategias implementadas. “Este observatorio será una herramienta esencial para la formulación de políticas públicas efectivas”, comentó la doctora Solana Terrazas, investigadora del CIPS-UDD.
Prevención: ampliar la vacunación
Uno de los ejes fundamentales del plan es aumentar la cobertura de vacunación contra el VPH. Si bien Chile ha alcanzado cifras cercanas al 90% en la primera dosis para niñas menores de 15 años, existe consenso en la necesidad de expandir esta medida a grupos que actualmente no están contemplados.
“Es necesario vacunar también a mujeres con alto riesgo de infección o reinfección por VPH y ampliar la cobertura hasta los 25 años. Esto permitiría vincular la vacunación con el primer tamizaje recomendado, facilitando su acceso durante la solicitud del Papanicolaou (PAP)”, explicó Cecilia González, presidenta de la mesa de prevención. La medida también busca poner al día a cohortes -grupo de personas que comparten una característica común- no vacunadas, como aquellas que quedaron rezagadas durante la pandemia.
Nuevos enfoques para la detección
La detección temprana es otro de los pilares para eliminar esta enfermedad. La OMS propone que al menos el 70% de las mujeres sean examinadas mediante pruebas de alta precisión antes de los 35 años y nuevamente antes de los 45. En este sentido, los expertos sugieren reemplazar el Pap convencional por pruebas de detección molecular de VPH, que permiten identificar con mayor efectividad a mujeres en riesgo.
El uso de autotomas vaginales es una de las iniciativas que se proponen para mejorar la accesibilidad en zonas con dificultades para acceder a servicios de salud. “Proveer información clara y garantizar una detección temprana son aspectos fundamentales para reducir la mortalidad por este tipo de cáncer”, afirmó el doctor Roberto Altamirano, presidente de la mesa de detección. Asimismo, se plantea utilizar inteligencia artificial para gestionar la derivación oportua de pacientes con resultados positivos.
Descentralizar el tratamiento
El acceso al tratamiento efectivo y oportuno enfrenta grandes desafíos en Chile debido a la concentración de especialistas en las principales ciudades. Omar Nazzal, presidente de la mesa de tratamiento, enfatizó la importancia de formar más ginecólogos oncólogos y capacitar a profesionales en regiones.
“El objetivo es garantizar que las mujeres puedan acceder a atenciones cercanas a sus hogares, evitando desplazamientos que alteren su vida familiar y laboral”, destacó.
Una de las propuestas también incluye garantizar el acceso oportuno a un segundo prestador en caso de que se incumplan los plazos establecidos por las Garantías Explícitas en Salud (GES). Para ello, es fundamental informar a las pacientes sobre sus derechos y fortalecer la contrarreferencia a los centros de origen, una vez finalizado el tratamiento, explicaron los especialistas.
“Nuestro compromiso no es solo tratar a las pacientes, sino hacerlo con dignidad y en los tiempos adecuados. Mientras exista población vulnerable, esta enfermedad seguirá presente. Nuestra obligación es prevenir muertes innecesarias y mejorar la calidad de vida de miles de mujeres”, concluyó Nazzal.
Finalmente, el Dr. Julio César Teixeira, Director de Oncología del Hospital de la Mujer, CAISM, UNICAMP, Brasil, aseguró que "es vital implementar sistemas de información integrados para identificar a las mujeres que no se están realizando el tamizaje y garantizar su atención. Con una alta cobertura de vacunación y tamizaje, podríamos liberar recursos, como la radioterapia, para otras patologías en un plazo relativamente corto".
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