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La dura carrera del medallista de oro chileno de los Odesur que estuvo al borde de la muerte

Con 24 años, Víctor Aravena asegura estar viviendo un sueño tras lograr su presea dorada en los 5.000 metros planos, después que el 2009 un accidente automovilístico lo dejó con riesgo vital. "Dicen que estoy vivo de milagro", afirma el coronelino.

30 de Marzo de 2014 | 10:18 | Por Javier Ugarte Marisio, Emol

SANTIAGO.-  Domingo 16 de marzo, 18:40 horas, pista atlética del Estadio Nacional. Las más de 20 mil personas que se encontraban esa calurosa tarde en el recinto ñuñoíno fueron testigo  de una verdadera hazaña deportiva. Ese día, un desconocido atleta chileno sorprendía a muchos con la obtención de la medalla de oro en los 5.000 metros planos.

Víctor Aravena Pincheira, de 24 años, dejaba en el camino a grandes rivales y cruzaba la meta con un crono de 14:06.02. La tarea estaba cumplida para este técnico del grupo de corredores "Siete Running".

Hoy, dos semanas después de dicho logro este oriundo de Coronel asegura a Emol estar viviendo un sueño tras obtener su presea dorada. "Fue algo increíble. Pocos pensaban que lograría el oro, pero yo tenía mucha fe que algo grande podía conseguir, y a si no más fue…", señala el deportista.

Y está feliz, porque no olvida que su decisión de ser fondista fue algo que surgió por casualidad: "Era muy inquieto, hiperactivo. Corría todo el día y en la sala de mi colegio también lo hacía. Incluso la profesora de música, que también me hacía educación física, un día me dijo: 'Te pongo puros siete, pero por favor no entres a la clase'. La verdad que me gustaba correr, pero mucho más el fútbol. Fue así que a mediados de 2005 mi colegio participó en un campeonato, pero mi curso estaba castigado por una pelea y como no pude jugar a la pelota me inscribí en una corrida 5K. Y gané".

Agrega: "Poco se explicaban como un niño de quinto básico, que compitió con zapatos de fútbol, fue capaz de vencer a jóvenes mucho mayores y con experiencia. Desde ese momento dije: ¡El atletismo es lo mío!… Y la verdad que no me equivoqué, esto es mi vida y me tiene muy ilusionado para lo que viene, los próximos Iberoamericanos de agosto en Brasil".

Pero no todo ha sido felicidad en la carrera deportiva de Víctor. Sus comienzos, como a varios que optan por el deporte como una profesión, fueron duros. "Cuando me di cuenta que el atletismo era lo mío mis padres confiaron en mí, pero tuvieron que hacer un tremendo sacrificio para que me dedicara a esto. Recuerdo que muchas veces hubo que realizar rifas y bingos para conseguir recursos y así poder viajar a competir fuera de Coronel".

Dice que "golpeé muchas puertas en mi ciudad, pero fueron pocos los que me creyeron. Pero así y todo no bajé los brazos y nunca me rendí. Sabía que con constancia y disciplina iba a llegar alto. Hoy voy paso a paso, pero debo reconocer que no ha sido fácil".

Y no deja de tener razón. El 2009 cuando todo marcha de gran forma en su temporada, luego de batir el récord nacional juvenil en los 10.000 metros, la meta era el oro en el Panamericano Juvenil. "Me estaba preparando muy bien, estaba cumpliendo mis tiempos y todo indicaba que podía pelear la medalla dorada. Pero un día, un tipo que iba en estado de ebriedad chocó mi auto y me dejó muy mal".

Continúa con su relato: "Estuve 20 días con unos coágulos en la cabeza y con riesgo vital. Los doctores decían que no volvería más al atletismo, pero tuve una recuperación muy rápida que nadie la entiende. Todavía me dicen que estoy vivo de milagro".

Finalmente, el accidente no fue impedimento y Aravena pudo participar en el Panamericano de Brasil. "Me preparé durante un mes y medio, competí y logré el oro. Fue algo maravilloso que me ayudó a retomar la confianza y las ganas para seguir compitiendo".

Pero el 2010 un nuevo golpe sufrió el atleta. "Estaba en Santiago entrenando duro para los Odesur de Medellín y vino el terremoto del 27 de febrero. Perdí contacto con mi familia en Coronel, y además veía por la televisión el desastre que había en la región y los saqueos. Lo pasé muy mal, con una impotencia tremenda de no saber nada de mis seres queridos, pero igual tuve que viajar a Colombia. Lamentablemente me afectó todo eso y sólo logré el tercer lugar en los 5.000 metros".

Pero ahora todo es distinto, asegura Víctor. "Después de haber pasado tantas penurias y de no clasificar a Londres 2012, por falta de dinero, creo que la suerte me está acompañando. Si bien siempre el recurso económico será escaso, pues en este país sólo vende el fútbol, hoy me siento con mucha confianza y muy tranquilo porque sé que voy por el camino correcto, ese que espero que me lleve a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016".

Víctor Aravena sigue corriendo...

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