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Ingrid Betancourt: "La libertad nos cayó como un rayo"

La ex rehén de las FARC afirmó que todavía llora de emoción al recordar el momento en que, junto a otros 14 secuestrados, fue liberada por el Ejército colombiano en la denominada "Operación Jaque".

30 de Junio de 2009 | 12:51 | DPA

BOGOTÁ.- La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, rescatada hace un año por el Ejército tras ser secuestrada en 2002 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dijo que sintió como si un rayo hubiera caído cuando supo que era libre otra vez, según un escrito publicado hoy.


"Todavía me cuesta trabajo creerme a mí misma que estoy libre. Cuando se cumple un año del extraordinario operativo militar que nos devolvió la libertad, no puedo dejar de pensar, con un inmenso respeto y una infinita gratitud, en todos aquellos hombres y mujeres que se jugaron la vida por traernos de nuevo a casa", dijo Betancourt en un texto publicado por la revista del Ejército.


Betancourt fue rescatada junto con otros 14 rehenes el 2 de julio de 2008 en una operación encubierta efectuada por 12 militares que fingieron ser miembros de una organización humanitaria que iba a trasladar de campamento a los secuestrados.


Los militares usaron en la operación dos helicópteros, uno de los cuales bajó a tierra para recoger a los rehenes en un punto selvático del sur del país.


Al alzar vuelo, los oficiales golpearon a dos guerrilleros que fueron capturados e informaron a los secuestrados, tres estadounidenses y 11 militares y policías, además de Betancourt, que estaban en libertad.


"De pronto hubo un movimiento de cuerpos, empujones, golpes, zancadillas, y vimos a los comandantes neutralizados en el suelo. Entonces, el jefe del operativo se quitó la gorra y gritó alzando los brazos al cielo: '¡Somos el Ejército de Colombia, están libres!'. Después de un año entero de libertad, lloro de nuevo de emoción cuando recuerdo este instante. Quiero que así sea por el resto de mi vida", dijo Betancourt.


"Hace un año estábamos todos compartiendo la misma suerte. Me había levantado esa mañana del 2 de julio con una gruesa cadena al cuello que me impedía moverme sin lastimarme el cuerpo sobre lo que me servía de cama. El mundo exterior no existía para mí, sino como una ilusión, algo lejano e inaccesible, tan distante que poco me interesaba lo que allí podía suceder, salvo por las noticias que de vez en cuando me llegaban sobre mi familia", recordó.


Según el relato, los rehenes vieron aterrizar un helicóptero del cual salieron "unos personajes extraños, en gran complicidad con los comandantes guerrilleros", sin que pasaran por sus mentes que se trataba de militares.


"Todo podíamos suponer menos que estuviéramos a pocos minutos del mayor acontecimiento de nuestras vidas. La libertad nos cayó encima como un rayo. Así como nos tragó el hueco negro del destino muchos años antes, así también fuimos devueltos a la luz en un segundo", dijo.


"Haber vivido lo que vivimos, haber visto lo que vimos, sólo puede ser una bendición del cielo. Cuando nos secuestraron, el mundo se cerró para nosotros. Fuimos tragados por un hueco negro sin salida. Y caímos a un espacio dominado por el mal, donde hombres sin testigos y sin ley, hicieron con nosotros lo que quisieron", añadió.


"Cada 2 de julio hasta que me muera estaré haciéndole un homenaje en la intimidad de mi espíritu, a estos hombres y esta mujer que tuvieron la audacia y el valor de irnos a sacar de la boca del monstruo, a sus jefes y a sus familias que los bendijeron. Ésta es una epopeya que nos enriquece a todos como nación y que será contada de generación en generación por siempre en nuestra tierra", finalizó Betancourt.

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