En 1970, a dúo junto a Clarita Parra, Lalo Parra grabó dos nuevos discos de larga duración: Las cuecas choras del Hombre Nuevo y Las cuecas de Hogar Dulce Hogar. Y a partir de entonces se solidificó el dúo de voces y guitarras que Eduardo Parra formó junto a su hermano Roberto y que, si bien no grabó discos, sí hizo giras por peñas, colegios, universidades y otros escenarios.
El Tío Lalo y las nuevas generaciones
Con los años '90 la revaloración de la familia Parra, y en especial de la generación mayor del clan, también permitió a Eduardo ganar una nueva popularidad. En 1991, nuevamente junto a su hija Clarita, grabó el disco Las cuecas de la Negra Ester, basadas en la célebre obra de su hermano Roberto, y luego reanuda esa actividad con el disco Valses del recuerdo, editado por el sello Alerce.
Músicos de nuevas generaciones, y en especial provenientes del rock, 
también se acercaron para trabajar con Lalo Parra. Primero fueron Los Tres, quienes tocaron con Lalo Parra desde la primera versión de La Yein Fonda, celebrada en 1996, y grabaron con él y con Roberto Parra en su disco Peineta (1998), en un vínculo que se mantuvo largamente vigente con el músico Álvaro Henríquez.
Luego el Tío Lalo formó los Churi Churi, un nuevo grupo con músicos como Colombina Parra y Pablo Ugarte, ex integrantes de Upa y los Barracos, con el que grabó el disco Ya estoy llegando a los 80 (1998). Y en su siguiente trabajo, 80 son las razones (2002), editado con aportes del Fondart, Lalo Parra grabó a dúo con invitados como su sobrina Javiera Parra, Joe Vasconcellos, Roberto Márquez (director de Illapu), Palmenia Pizarro y Moyenei Valdés.
