Las células alteradas pueden derivar en lesiones intraepiteliales que con el paso del tiempo y la intervención de otros factores como el tabaco o una baja del sistema inmunológico pueden convertirse en células cancerosas.
La experiencia indica que el VPH no actúa directamente y por eso, rara vez se detecta cáncer en mujeres menores de 28 años, pero sí lesiones premalignas. La razón: existe una latencia de más de 10 años para que las mujeres que se contagiaron con él en la adolescencia y quizás, en su única relación sexual, presenten anomalías en las células del cuello uterino, pudiendo llegar a desarrollar un cáncer pasado los 35 a 40 años, rango etario donde mayormente se ubican las lesiones malignas.
“Es una infección muy frecuente, pero se puede evitar con prevención, el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado”, señala el doctor Eugenio Suárez, vicepresidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología y asesor del ministerio de Salud en cáncer cérvico uterino.
“El control del VPH está asociado a una cuestión de recursos, políticas de salud y prioridades, pero lo más importante, al concepto de auto cuidado no sólo por parte de las mujeres, sino también de los hombres”, insiste.
Sí, porque el VPH también puede generar lesiones premalignas y malignas en los varones. El tema está en que, como ellos tienen sus órganos genitales en el exterior, les es más fácil detectar cualquier señal de alteración.
“El hombre lo porta y también le provoca lesiones. Lo que pasa es que su estructura genital es más seca, menos húmeda que la de las mujeres y además, la lesión se ve. Pero aún así, el VPH puede provocar cáncer al pene”, afirma el doctor Rodrigo Riveros, jefe del departamento de Obstetricia y Ginecología de Clínica Alemana de Santiago.
La acción dañina del VPH depende de sus características propias y de la condición particular de cada persona portadora. Como explica el doctor Riveros, hay virus que son más agresivos que otros y por lo tanto, el riesgo de lesiones es mayor, pero si a eso se suman condiciones como el uso de corticoides, depresión, anorexia, tabaquismo, inmunodepresión o algún tipo de transplante, la mujer está más expuesta.