En ese entonces, Lennon estaba inmerso en un mundo complejo. La fama tan buscada había llegado gracias a la música cada vez más sofisticada de The Beatles, pero también se habían introducido en su vida las drogas -primero, marihuana, luego LSD.

En el viaje de regreso desde los Himalayas, a donde había asistido a un curso de meditación trascendental junto a todos los demás miembros de la banda y sus familias, John le confesó a su esposa su relación con Yoko Ono.

Era 1968 y ya en varias ocasiones había debido dormir en la casa de Brian Epstein, el productor musical del grupo y con quien mantuvo una corta relación homosexual.

Ante una infidelidad pública y confesa, Cynthia se resignó. El 22 de agosto de 1968, pidió el divorcio a John, aduciendo el adulterio con Yoko Ono, y en menos de tres de meses, el 28 de octubre, le fue concedido. Según el "Daily Mail", aceptó una suma bastante "poco razonable" por el divorcio: unas 100.000 libras esterlinas, cuestión que nadie ha llegado a entender.