ARGUMENTO
La acción tiene lugar en Roma, entre el 14 y el 15 de junio de
1800.
Primer
Acto
Cesare
Angelotti, cónsul de la desaparecida República
Romana, se ha evadido de la prisión del Castel Sant’Angelo
con la ayuda de su hermana, la marquesa Attavanti, y se refugia en la
capilla familiar de la iglesia de Sant’Andrea della Valle,
esquivando apenas la presencia del sacristán.
Entra el pintor Mario Cavaradossi con el propósito
de terminar una Magdalena a la que ha dado los rasgos faciales de la
marquesa, a la que descubrió pocos días antes, sin ser
visto, mientras ella rezaba. Cuando parte el sacristán, Angelotti
se da a conocer, y Cavaradossi, que comparte sus ideas políticas,
le promete ayuda. Pero la inesperada llegada de la célebre cantante
Floria Tosca obliga a Angelotti a regresar a su escondite.
Tosca es la amante del pintor y ha venido a proponerle un encuentro
nocturno en la villa de éste, mientras que le hace una escena
de celos luego de reconocer en la Magdalena los rasgos de la Attavanti.
Cuando parte la diva, Cavaradossi decide esconder a Angelotti en su
villa y sale raudamente de la iglesia junto a él después
de sentirse el cañonazo que anuncia la huida del proscrito político.
Comienzan a entrar clérigos y fieles a efectos de festejar con
un Te Deum la noticia de una presunta victoria de los austriacos del
barón Mélas sobre Napoleón. Poco después
ingresa el barón Vitellio Scarpia, jefe de la
policía, acompañado de Spoletta y otros
esbirros. Scarpia está detrás de los pasos de Angelotti,
y a través de alguna información del sacristán
y de haber encontrado un abanico de la Attavanti, llega a la conclusión
de que está en buen camino. Regresa una agitada Tosca, que se
irrita por no encontrar a Cavaradossi, lo que constituye una óptima
ocasión para Scarpia, quien excita sus celos con dos fines: seducirla,
algo que desea desde hace mucho tiempo, y seguir la pista de Angelotti.
La cantante parte para la villa de Cavaradossi, a efectos de sorprenderlo
con la presunta amante. Scarpia da la orden de que la persigan, mientras
se une hipócritamente a la procesión del Te Deum.
Segundo Acto
A
la sala del palacio Farnese, donde Scarpia está
cenando, llegan los ecos de la fiesta que se está desarrollando
en honor de Mélas y en la que Tosca interviene como solista en
la ejecución de una cantata. Spoletta, temeroso de la reacción
de Scarpia, narra las vicisitudes ocurridas en la villa de Cavaradossi,
donde no se encontraron trazas de Angelotti. Sin embargo, el pintor
ha sido arrestado por sospechas y conducido ante Scarpia a efectos de
revelar el escondite del político. Cavaradossi no traiciona a
su amigo y exhorta a Tosca, a quien Scarpia ha convocado, a mantener
el silencio sobre todo lo que ha visto en la villa. Pero la diva, que
en un inicio se había resistido al insidioso interrogatorio de
Scarpia, no resiste a la visión del amante torturado y revela
el escondite de Angelotti. Spoletta recibe la orden de capturar al fugitivo
para regresar más tarde con la noticia de su suicidio. Cavaradossi
maldice a Tosca y acoge con exaltación la noticia de la derrota
austriaca en Marengo. Después de que su amante es arrastrado
hacia el exterior por los esbirros de Scarpia, Tosca trata de pactar
con Scarpia y ofrecerle una recompensa monetaria, pero éste le
manifiesta que sólo desea poseerla. Al final, angustiada por
el siniestro sonido de los tambores que acompaña a los condenados
al patíbulo, cede. Scarpia le hace creer que la ejecución
de Cavaradossi será simulada, mientras que, en referencia a un
hecho del pasado (la muerte del conde Palmieri), le ordena a Spoletta
que el pintor sea fusilado de veras. Es su último crimen, ya
que después de redactar el salvoconducto que consentirá
a los amantes una huida de los Estados Pontificios, se acerca a Tosca
para abrazarla y recibe una mortal cuchillada. Antes de partir, Tosca
reflexiona sobre el poder de ese hombre ante quien temblaba toda Roma.
Tercer
Acto
Amanece.
Cavaradossi es entregado al carcelero del Castel Sant’Angelo,
y con el consentimiento de éste, se decide a escribir un último
adiós a su amada, a quien rememora con poéticas y sentidas
palabras, mientras da rienda suelta a sus sentimientos con respecto
a la vida y la muerte. Llega Tosca, agitadísima, quien le narra
el trágico coloquio con Scarpia, y además de mostrarle
el salvoconducto, le recomienda seguir al pie de la letra el simulacro
de fusilamiento. Los dos amantes se abandonan a la alegría de
saberse, muy pronto, libres y a salvo. Pero después de las descargas
de fusil, Tosca constata la terrible verdad. Mientras tanto, se ha descubierto
el asesinato de Scarpia, y la valiente mujer se libra del arresto precipitándose
al vacío.
(Texto:
gentileza del Teatro Municipal)
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