Martes 26 de Febrero de 2008
03:12:43Sebastián Cerda, enviado especial a Viña del Mar
VIÑA DEL MAR.- No hay caso con el reggaetón. Pasan los años y el fenómeno no decrece. Por el contrario, y el Festival de Viña del Mar ha sido testigo privilegiado del proceso: En 2006 estuvo tras el primer encuentro masivo de Daddy Yankee con el público local, en 2007 cerró con su "archirrival" Don Omar, y este año repite la historia con Wisin & Yandel.
El escenario no varía: Una galería repleta hasta el último minuto, escenas de idolatría, y cada verso coreado perfectamente por la asamblea completa. Eso es lo que vivió el dúo puertorriqueño en el cierre de Viña 2008, cultores del estilo en su más popular perfil. Un péndulo entre lo barrial y lo sensual, expresado en temas como "Pam Pam", "Rakata", "Mayor que yo" o "Enfermo de amor", y del que en mínima medida se apartan canciones como "Una noche más", de evidentes raíces reggae.
Ésas fueron algunas de las piezas que el dúo reggaetonero puso en el menú, que fue devorado por una audiencia en la que abundaban adolescentes identificados con el "movimiento". Un grupo que no sólo repletó la Quinta Vergara, sino que también se dieron cita en los accesos de ésta, suplicando que los dejen entrar.
A ellos no les importarán las obvias comparaciones con un show de bastante más complejidad, como el que dos días antes ofrecieron sus compatriotas de Calle 13. Wisin & Yandel, en tanto, mostraron la fórmula más básica y primaria, pero también la más efectiva.
Con eso basta, más un poco de elementales dinámicas (una "bulla", brazos arriba, que grite la derecha, ahora la izquierda), para tener bajo control a un público totalmente adrenalinizado, que los premió con dos antorchas y una gaviota. La últimas que Viña 2008 vio volar.
Foto: El Mercurio
La dupla de oro del reggaetón. Perreo asegurado para el fin de la fiesta.