SANTIAGO.- Desde fines del año pasado que los hinchas de Universidad de Chile no están del todo contentos con el juego de su equipo. Lo que ocurrió ayer miércoles fue una nueva y clara muestra de aquello.
Luego del empate sin goles ante Melgar y que significó la eliminación de la Copa Libertadores en su fase previa, hubo angustia y mucha ira en el estadio Nacional. Y la peor evidencia de esta rabia quedó demostrada en el final, cuando un grupo de hinchas fue a encarar a los directivos, con empujones e insultos de por medio. Aunque dicho episodio no fue más que el epílogo de una jornada llena de frustración.
De hecho, el nerviosismo se apoderó desde el primer minuto del coloso de Ñuñoa. Los jugadores eran conscientes de que la presión era alta y fue así como comenzaron el partido con muchas imprecisiones y ansiedad.
En la banca azul la situación era similar. Frank Kudelka se paraba, se sentaba, paseaba y daba instrucciones. Mientras corrían los minutos, su inquietud iba en aumento, hasta que en los descuentos se ubicó junto a la línea del campo para empujar a sus dirigidos a irse al ataque.
Con los cambios que hizo el entrenador, el esquema laico se desdibujó por completo y acumular hombres en el área rival para recibir pelotazos largos fue su única apuesta. Los jugadores tampoco hacían méritos y ninguna individualidad consiguió destacar para sacar la tarea adelante.
El público evidenciaba la intranquilidad del plantel y del DT desde las gradas. Las pifias se hacían notar constantemente, aunque más aún cuando un jugador azul retrocedía o daba un pase hacia el costado. Lo importante era avanzar, no importaba cómo, pero nadie en la cancha lograba hacerlo.
El gol anulado a Matías Campos López a poco del término no hizo más que incrementar la ansiedad azul. Ansiedad que se transformó en ira cuando, pese a estar con un jugador más, todo hacía notar que el resultado no se movería. No había cómo.
Los seis minutos de alargue otorgaron algo de ilusión a los estudiantiles, pero el opaco y pobre juego del equipo impidió cualquier intento de marcar. Entonces, cuando el árbitro Daniel Fedorczuk pitó el final y apuntó con sus brazos hacia el centro del campo, los hinchas se abalanzaron contra los dirigentes, en un nuevo lamentable episodio y que repite lo ocurrido el año pasado cuando un grupo de seguidores agredió al ex gerente deportivo Ronald Fuentes.