SANTIAGO.- De todos los puntos altos que destacaron en Palestino en las rondas previas de la Copa Libertadores, uno de los que más trabajo realizó, pero que menos atención mediática recibió, fue el volante de corte Agustín Farías.
El argentino de 31 años se ha transformado en uno de los pilares en el mediocampo del esquema de Ivo Basay. "Tiempista" y muy duro en la marca, aunque sin las luces de Luis Jiménez, Farías se ha ganado el cariño de los hinchas árabes a puro trabajo. Es el "guerrero silencioso" del equipo.
Pese a su bajo perfil, el trasandino se da el tiempo de adelantar lo que será la participación de Palestino en la fase grupal de la Libertadores, donde -asegura- jugarán de igual a igual sin importar los rivales que tendrán en frente (River Plate, Internacional de Porto Alegre y Alianza de Lima).
"Sabemos que hicimos algo buenísimo para el club, para nosotros. Creo que éramos el equipo que tenía menos porcentaje para entrar a fase de grupos, y ahora lo logramos. Siempre dije que queríamos entrar a esta ronda, pero haciéndolo bien, no iremos a pasar vergüenzas. Creo que hemos demostrado en esta fase previa que lo hemos hecho bien, y estamos con todo el ánimo para seguir así", señala Farías en conversación con Emol.
A juicio del volante, haber avanzado en la copa tiene mayor mérito por "los grandes equipos que dejamos fuera", y por la fuerza mental que tuvo Palestino para revertir situaciones complejas. "Nosotros fuimos con nuestras armas y lo hicimos a gran nivel. Creo que lo hicimos de la forma correcta: avanzamos bien en la Libertadores, no a los 'conchazos'. Eso es lo importante", añade.
Asimismo, Farías afirma que una de las claves del éxito que han tenido los "tetracolores" hasta ahora es que "el equipo nunca se rinde". "Lo de Córdoba fue un ejemplo, con un 2-0 abajo y 50 mil personas en contra. Pero el equipo tiene ese espíritu de querer ganar el partido. O al menos si vamos a irnos derrotados, que sea con la frente en alto. Y eso nos llevó a clasificar", señala.
Emblema árabe
El nombre de Agustín Farías ha venido sonando constantemente para reforzar a alguno de los "grandes" del fútbol chileno. Y todo gracias a su buen desempeño en Palestino, donde se ha convertido en todo un emblema para la hinchada gracias a su compromiso dentro del campo.
Aunque su camino no ha sido nada fácil. De hecho, el mediocampista tuvo que batallar desde abajo, pasando por distintas categorías del ascenso argentino, hasta que el 2014 llegó al equipo de La Cisterna de la mano de Pablo Guede. Era recién su segunda experiencia en Primera División tras un breve paso por Banfield, donde casi no jugó.
Ahora Farías es uno de los más queridos por los fanáticos árabes. "Ya llevo cinco años en el club (descontando un préstamo a Chipre) y hemos jugado cosas importantes. He participado en dos Libertadores, dos Sudamericanas y hemos disputado finales. Ha sido muy positivo", sostiene.
Sin embargo, el volante prefiere tomarse las cosas con calma y ceder el protagonismo. "Por historia y por lo que significa para el grupo el mayor referente es (Luis) Jiménez. Pero como llevo harto en el club los más chicos a veces te miran como un referente. Pero lo importante es que el equipo pueda rendir, sino todo lo demás da lo mismo", concluye.