Claudio Bravo está de vuelta y en su segundo partido, después de casi un año sin jugar por lesión, tuvo que enfrentar algo que bien conoce: Una definición a penales. El portero chileno fue titular ante el Wolverhampton en la final del Asian Trophy y si bien contuvo un remate en la tanda decisiva, a la larga el Manchester City perdió.
El meta nacional contuvo el primero de los disparos. Voló hacia su derecha y así evitó el gol de Conor Coady. Esa acción del oriundo de Viluco abría la ilusión de su equipo.
Pero sus compañeros no estuvieron certeros. Tras su tapada, Ilkay Gündogan falló su remate y de poco sirvió lo hecho por Bravo.
En la tercera ejecución de los Wolves, el chileno voló hacia el mismo lado del disparo, pero finalmente el balón dio en el vertical con lo que Max Kilman erró.
Sin embargo, en el global, los fallos de Gündogan, David Silva y Lukas Nmecha enterraron al City y le dieron el triunfo a su rival por 3-2 en la final del torneo amistoso.
En el trámite del partido, el cuadro de Pep Guardiola fue superior y tuvo las ocasiones de gol más claras. Pero no las aprovechó e incluso falló un penal en el primer tiempo.
Bravo tuvo poca participación y sólo dos acciones marcaron su encuentro. Una arriesgada salida en el lapso inicial, donde no calculó bien y por poco comete penal, y una buena atajada con un remate de larga distancia en el complemento.
El próximo desafío del chileno y sus compañeros en Asia será este miércoles ante el Kitchee de Hong Kong.
