Desazón total fue lo que sintió Neymar al enterarse que su fichaje en el Barcelona había fracasado, pese a todos los esfuerzos personales que estaba haciendo el jugador para abandonar el PSG.
Así al menos lo aseguran en España. La prensa catalana indica que el atacante brasileño estaba incluso dispuesto a poner plata de su bolsillo para acercar las posturas entre ambos clubes.
Según Mundo Deportivo, lo último que exigió el PSG al cuadro blaugrana fueron 150 millones de euros, con la cesión de Ousmane Dembélé, y además más las fichas de Ivan Rakitic y Jean-Clair Todibo.
Barcelona no habría accedido a esta petición y fue allí donde un desesperado Neymar se involucró y ofreció 20 millones de euros de su propiedad para facilitar la operación. Pero el PSG echó por tierra todo.
"En París querían que todo el dinero (impagable por otra parte) saliera de Barcelona. Una posición que confirma las sospechas que ni el dueño ni el presidente permitirían que Neymar volviese al Barça", acota el rotativo.
Palabras que se suman a lo publicado por Sport, que apunta que Neymar quedó con una "mezcla de frustración y de rabia", ya que la decisión de no venderlo "no tiene ninguna justificación desde el punto de vista deportivo ni tampoco financiero".
De esa manera, el elenco parisino le estaría pasando factura al brasileño, quien recordemos enfadó a la dirigencia con sus constantes viajes en plenos períodos de recuperaciones.