Maxim Dadashev, Patrick Day y Hugo Santillán.
Agencias/Emol
Tras un nocaut fulminante y pasar cuatro días en coma, el boxeador Patrick Day falleció. Los lamentos de colegas y dirigentes se multiplicaron rápidamente por todo el mundo. Tristemente, no es la primera muerte que sacude al deporte de los puños en este 2019.
El primero fue Maxim Dadashev, el 24 de julio. El ruso recibió un brutal castigo por parte del puertorriqueño Subriel Matías. Su entrenador, Buddy McGirt, le suplicó que abandonase en más de una oportunidad, pero el púgil quiso seguir peleando. Finalmente, la esquina paró el combate en el round 11.
A Dadashev lo tuvieron que ayudar a bajar del ring, empezó a vomitar y se desmayó antes de llegar al vestuario. Rápidamente fue trasladado a un centro médico, donde lo sometieron a una cirugía por un sangrado cerebral. No sobrevivió.
Pocos días después, la escena se repitió en Argentina. Mientras escuchaba el fallo que lo daba perdedor contra el uruguayo Eduardo Abreu, el trasandino Hugo Santillán no pudo mantenerse en pie. Fue operado por un coágulo cerebral y padeció dos paros cardiorespiratorios antes de fallecer.
"Dinamita" no debería haber subido al ensogado esa noche. Hace apenas 35 días el armenio Artem Harutyunyan le había dado una paliza en Alemania. Para esa pelea, tuvo que subir tres categorías de peso. Aceptó por el dinero.
"Voy a dejar mi vida. Peleo por mis hijos así que voy a matar o a que me maten", escribió Santillán en sus redes sociales.
El mexicano Felipe Orocuta pudo haberse sumado a esta lista infame. Jonathan Rodríguez lo conectó sobre el costado izquierdo de su cabeza, mientras él reclamaba un golpe en la nuca. Siguió luchando hasta que el árbitro paró la pelea. Lo operaron por una embolia que se le formó en el cerebro y luego el mundo boxeril azteca recolectó dineros para ayudarlo a costear los gastos médicos.
Antes del fallecimiento de Patrick Day, el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) lanzó un programa para minimizar las muertes en el ring. Sin embargo, la comunidad científica ha advertido sobre los peligros y consecuencias que pueden traer los golpes constantes en el cerebro. Los boxeadores saben lo que está en riesgo cuando suena la campana.