De ser el nuevo "Neymar" al peor jugador de Italia. En poco tiempo, la vida del joven Gabriel Barbosa, más conocido como "Gabigol, giró como una ruleta. La pasó mal y parecía que había perdido el fuego con el que deslumbró a Brasil. Apuntado por la crítica, decidió volver a su tierra. Hoy es el goleador del Flamengo, está a punto de ganar el Brasileirao y sueña con levantar la Copa Libertadores hoy sábado frente a River Plate en Lima.
Desde que era un niño, al delantero le colgaron el cartel de promesa. Cuando tenía ocho años, el mismo captador que descubrió a Neymar lo recomendó al Santos. El tiempo le daría la razón. En las categorías menores del "Peixe" anotó más de 600 goles.
El futuro se veía prometedor para Gabriel, que creció en la favela de Montanhão, en Sao Paulo. Las balaceras y la muerte estaban a la orden del día. Él era la esperanza para salir de ahí.
"Había tiroteos. La gente corría hacia debajo de los sillones, de la mesa, como si eso fuese a ayudar"
"Gabigol"
"Vivimos en la favela. Pedimos prestado dinero para que Gabriel entrenara. Hemos visto gente morir delante de nosotros. Eran asesinos, tipos malos que mataban a otros tipos malos. Al principio fue difícil, pero luego hicimos muchos amigos y el vecindario se convirtió en un lugar agradable", relató su padre Valdemir en entrevista con UOL.
Siendo un niño, el futbolista en formación se daba cuenta que en su barrio la vida valía poco. Trataba de no pensar mucho en eso y gastaba el día con la pelota bajo la suela. El paso del tiempo ha hecho que incluso recuerde con humor esa época.
"Con mis amigos no pasó nada, pero había tiroteos. Creo que asustaba más a mis padres. Era muy chico, pero me quedaba tranquilo, no tenía mucho que hacer. La gente corría hacia debajo de los sillones, de la mesa (risas), como si eso fuese a ayudar en alguna cosa. Pero yo estaba tranquilo", le contó al sitio oficial de la Libertadores.
A los 16 años llegó el momento de debutar profesionalmente con el Santos. Lo hizo reemplazando a Neymar en el último encuentro del crack antes de marcharse al Barcelona. No demoró en destacar: 41 goles en 130 partidos y oro con la selección brasileña en los Olímpicos de 2016. La comparación con "Ney" crecía y crecía. "Nadie será un nuevo Neymar. Él es único", decía con una sonrisa que ocultaba algo de amargura.
Barcelona, Juventus, Chelsea, Manchester United y Arsenal preguntaron por él, pero el que pujó más fuerte fue Inter de Milán. Sin embargo, en Italia terminaría estrellado.
Apenas un gol en diez partidos jugados, peleas con el técnico y ser escogido el peor jugador de la Serie A hicieron que los lombardos lo mandaran a préstamo al Benfica. No le fue mejor en Lisboa. Cinco partidos, cero anotaciones. Al menos en Portugal encontró el consejo del técnico Rui Vitória. "Fui uno de los primeros en pensar que sería bueno para él regresar a Brasil", comentó.
Volvió a su casa, el Santos. El equipo no pasaba por su mejor momento, pero no fue impedimento para que convirtiera 27 goles en 53 partidos.
38 goles en 53 partidos lleva Barbosa esta temporada
El Inter no tenía intenciones de llevárselo de vuelta, así que lo mandó a préstamo al Flamengo. La cesión termina a fines de este año, pero la directiva del "Mengao" ya comenzó las tratativas para extender la permanencia del jugador en Río de Janeiro.
En el "Rubro Negro" ha destacado como nunca. En la temporada lleva 38 dianas en 53 presentaciones, para un espectacular promedio de 0,7.
Es un delantero rápido, de zurda fina e inteligentes movimientos para picar al espacio. Con 22 goles, acaba de romper el récord de más anotaciones en un Brasileirao con Flamengo, que le pertenecía al mítico Zico. Es, además, el máximo artillero de la Libertadores.
Pese al éxito, a su paso por el "Fla" no le ha faltado polémica. Su noviazgo con Rafaella, hermana de Neymar, acapara portadas en la prensa rosa brasileña. En marzo pasado, tuvo un altercado con su suegro que casi termina a los golpes. La relación va y viene. Por ahora, están juntos y hace unas semanas se fueron de vacaciones en un jet privado en medio de la parte final de la temporada.
El técnico Jorge Jesús trata de entenderlo, aunque a veces pierde la paciencia, como cuando al futbolista lo expulsaron contra Gremio y se fue haciéndole gestos a la hinchada rival.
"Es el mejor goleador del Campeonato, un jugador que quiere jugar por todo, seguir marcando. Todavía no puedo hacer de él un gran jugador desde el punto de vista emocional como lo es desde el punto de vista táctico y técnico. Tiene problemas para controlar sus emociones, pero es joven, tengo tiempo para cambiarlo, creo. Los mejores del mundo no tienen estos problemas", ha declarado.
Más allá de los cuestionamientos, a "Gabigol" se le ve feliz con su pelo teñido y sus curiosas celebraciones. No le preocupa ir a demostrar algo a Europa. En Río encontró su lugar en el mundo y el sábado quiere levantar un título que el Flamengo solo ha podido ganar una vez, hace ya 38 años.
