La Caja Mágica y el torneo de Madrid cerraron este martes, ya en la madrugada del miércoles, una era del deporte español con la despedida de
Rafael Nadal, que recibió un homenaje tan sencillo como su persona, pero cargado de un cariño tan descomunal como su carrera.
"No me retiro", subrayó Nadal, pero sí confirmó que no volverá a jugar en Madrid, donde ganó cinco títulos y
se fue en esta edición derrotado por el checo Jiri Lehecka en octavos de final por 7-5 y 6-4.
"El cuerpo me ha dado señales de que este día tenía que llegar y me alegro de haberlo podido hacer sobre la pista", dijo el jugador.
Cuando, con 5-4 abajo en el segundo set, Nadal se dispuso a restar, el recinto enloqueció bajo el grito de 'sí se puede'. Más aún con el 0-15. Cuando llegó el punto de partido para Lehecka, primero se hizo el silencio y luego empezó una ovación interminable. Nadal tiró la bola uera y todo se acabó. "Raaaaaafa, Raaaaaafa". Y la megafonía anunció lo que todos esperaban: un homenaje.
Su mujer y su hermana lloraban en el palco, mientras de lo alto de la grada caía una pancarta conmemorativa de las cinco victorias de Nadal en el torneo de Madrid, con la leyenda 'Gracias, Rafa'. Aparecieron las imágenes de las grandes victorias y el protagonista aguantó a duras penas las lágrimas.
"Que era una broma, que el año que viene vuelvo hombre....", dijo desatando las risas del público. Pero añadió: "La historia no se ha acabado, pero aquí en Madrid sí es la última vez".
"Ha sido una semana muy especial para mí, he tenido la oportunidad de volver a jugar en esta pista, que me ha dado tanto. Sinceramente, lo único que puedo hacer es dar las gracias. El viaje empezó cuando era muy pequeñito y desde entonces el apoyo ha sido incondicional", afirmó.
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