Son compañías dedicadas a calificar el riesgo crediticio de todo tipo de obligaciones financieras, es decir, la probabilidad de incumplimiento, de países y empresas.
Entre las clasificadoras más importantes a nivel mundial se destacan Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch Ratings, que evalúan a Chile.
Según explica el Ministerio de Hacienda en su página web, estas evaluaciones reflejan la percepción de estas agencias de la probabilidad (riesgo) de que el Gobierno de Chile no pague sus obligaciones presentes y futuras, y que los informes que emiten entregan señales importantes al mercado.
Una mejor o mayor clasificación de riesgo se traduce en menor riesgo soberano, lo que implica menores tasas de interés por los préstamos que el Gobierno o los privados contraten. Un recorte o rebaja revela una menor probabilidad en la capacidad de pago, lo que encarece el financiamiento.
Para llevar a cabo la clasificación utilizan una serie de letras: la AAA significa la máxima solvencia y la C advierte de un elevado riesgo de impago. Ente estos límites existe una serie de letras que indican los distintos grados de solvencia. Los inversionistas de todo el mundo confían en esta clasificación cuando deciden comprar esta o aquella emisión. Es más, muchas veces solo compran o venden de acuerdo a la clasificación.