SANTIAGO.- A comienzos de 2015 anunciaron la creación de la primera fábrica de baterías de litio del país. Se trataba del desarrollo de Elibatt, un proyecto creado en el Centro de Innovación del Litio (CIL) de la Universidad de Chile, que luego, en conjunto con otras compañías asociadas que aportaron dinero y sus conocimientos, pretendían vender el producto.
"Inició sus operaciones con mucho bombo", afirmó Jaime Alée, director del CIL y creador de la idea. Sin embargo, por problemas de administración la empresa no prosperó y finalmente no tuvieron éxito en comercializar el producto. "El plan era venderlas en Chile y no hay mucho mercado en realidad para las baterías de litio, porque son productos relativamente caros en comparación con una batería común", explicó Alée.
El modelo diseñado era una batería modular, que podía armarse de forma simple para poder conformar otras de mayor tamaño, que servían para distintas aplicaciones, como bicicletas, autos eléctricos e incluso en una casa. El valor en su módulo básico, como las que utiliza un auto, era de alrededor de $150 mil.
Las baterías de este tipo tienen distintos formatos según su uso, que depende de la necesidad de energía y la geometría del aparato. Por ejemplo, según lo señalado por el académico, en una bicicleta se pueden necesitar 36 baterías cilíndricas, mientras que un auto eléctrico Nissan usa 190 pilas planas prismáticas y uno Tesla 9 mil cilíndricas.
La imagen muestra la batería usada por un auto eléctrico Tesla.
Ahora, que la atención se ha enfocado en el desarrollo de la electromovilidad a nivel mundial, en que el "oro blanco" es fundamental en la confección de las baterías que utilizan los vehículos eléctricos, el panorama parece haber cambiado. En esa línea, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) ha destacado la importancia de que Chile se convierta en un actor relevante en la electromovilidad.
Sin embargo, hasta el momento, el país sólo podría participar en la primera etapa de la fabricación de estas baterías. Según explicó Alée, por una parte está el litio y otros elementos que se mezclan para la elaboración de los electrodos de la batería, mientras que para la fabricación de estas se requieren otras maquinarias. El litio, como insumo, actúa sólo como material base del proceso.
En ese sentido, Alée señaló que "lo que está diciendo Corfo hoy día, es que está tratando de desarrollar estas pastas en cantidades industriales, pero eso no tiene nada que ver con la industria de baterías. Esto es el primer escalón, es como fabricar el caucho para hacer neumáticos, pero eso no tiene que ver con fabricar neumáticos".
Además, afirmó que al país le falta conocimiento en materia de manufactura para poder avanzar hacia una industria de este tipo.
"Chile nunca ha tenido impedimento de fabricar baterías, ni de fabricar autos, ni aviones. No tiene mucha relación que uno tenga una materia prima con el hecho de dedicarse a desarrollar una industria".
Empresas binacionales
El académico planteó la conveniencia de asociarse con otros países. En su caso, actualmente, junto con socios locales, mantiene conversaciones con empresas de Argentina que fabrican baterías de plomo y que quieren comenzar a producir de litio, para asociarse en la fabricación de éstas.
Sin embargo, recalcó que esto no tiene que ver con que ambos países tengan grandes reservas del mineral, sino que más bien "viene un poco con la vocación de desarrollo tecnológico e industrial".
El modelo que están desarrollando es "un producto con celdas de baterías prismáticas para distintas aplicaciones, no sólo para vehículos eléctricos pero más nos interesa fabricar baterías para soluciones estacionarias, para energía solar, lugares donde la batería pueda estar almacenando energía sin tener que moverse", explicó Alée.