SANTIAGO.- Un proyecto de ley que hasta fines del año pasado "dormía" en el Congreso tuvo un repentino impulso desde hace tres meses. Se trata de la
norma para regular cómo se captura la jibia o calamar gigante y que, según diversas pesqueras, implicará la expulsión de la actividad industrial de la extracción del recurso, el cierre de fábricas y el despido de unas 900 personas entre las
regiones de Valparaíso y Biobío. Incluso algunas compañías, como la
Pesquera Landes, evalúan
cambiar su locación a Perú o Ecuador.
El proyecto tiene un único artículo, que señala que "la especie Dosidicus gigas o jibia solo podrá ser extraída utilizando potera y/o línea de mano como arte y/o aparejo de pesca. (...) Los armadores que infrinjan el presente artículo serán sancionados con multa de 500 unidades tributarias mensuales (más de $286 millones) y el comiso de las especies hidrobiológicas y de los productos derivados de estas".
Según las firmas que procesan este recurso, esta prohibición no tiene sentido. "No podemos usar potera, como se pide en la ley, por lo que eso nos excluye", señala Andrés Fosk, gerente general de Pesquera Landes.
La "potera" es un anzuelo gigante, con peso para hundirlo, que usa la pesca artesanal. La flota industrial pesca con malla o "arrastre de profundidad media", que no toca el fondo marino ni atrapa a otras especies porque la jibia, que es un depredador, se mueve en cardúmenes que cazan a las otras especies, según el representante de la empresa que factura al año US$60 millones y emplea a 600 personas.