BRASILIA.- Ya se comienza a notar la mano del nuevo Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en temas económicos, luego de firmar tres decretos en temas sensibles para las personas: sueldo mínimo, pensiones y agricultura.
Horas después de su investidura, firmó un decreto en el que fijó el salario mínimo de los trabajadores del país en los 998 reales (unos 257,5 dólares/ unos $180 mil) para 2019, lo que supone un aumento del 4,61% con respecto al año pasado.
En número absolutos, el valor supera en 44 reales (11,3 dólares) los 954 reales (hoy unos 246,1 dólares/casi $8.000) de sueldo mínimo que decretó para 2018 el entonces mandatario Michel Temer, quien hoy entregó la banda presidencial al ultraderechista Bolsonaro.
No obstante, la cifra es inferior a los 1.006 reales (259,6 dólares/ $181 mil) calculados por el Gobierno saliente y recogidos en los presupuestos de 2019.
El aumento del salario mínimo en Brasil se decide con una fórmula que considera la inflación, la tasa de crecimiento del año anterior y otras variables.
En este sentido, esa reducción entre el valor finalmente decretado por Bolsonaro y el reflejado en los presupuestos se debe a una disminución de las estimativas de inflación.
El reajuste del salario mínimo es tradicionalmente decretado en los últimos días de diciembre, pero Temer decidió delegar el asunto en el nuevo jefe de Estado, que optó por definirlo horas después de jurar el cargo.
Decreto de pensiones
El nuevo ministro de Hacienda de Brasil, Paulo Guedes, redactó un decreto ejecutivo para una reforma al sistema de pensiones que podría generar ahorros por hasta 50.000 millones de reales (US$12.900 millones) en la próxima década, informó el miércoles el periódico brasileño Folha de S. Paulo.
Bolsonaro debería firmar el decreto en los próximos días, de acuerdo al reporte del diario Folha.
Un portavoz del Ministerio de Hacienda dijo que Guedes tomará oficialmente el mando de la cartera más tarde el miércoles, por lo que declinó hacer comentarios.
La reforma al enorme sistema de pensiones de Brasil estará entre los principales desafíos de Bolsonaro, quien debe aún construir una base de apoyo en el Congreso. Para entrar en vigencia como una ley, los decretos necesitan ser aprobados por el poder legislativo.
Decreto de Agricultura
Asimismo, el nuevo Mandatario de Brasil aprobó un decreto este miércoles que hace responsable al Ministerio de Agricultura en la toma de decisiones sobre tierras reclamadas por pueblos indígenas, en una victoria para la agroindustria que irritará probablemente a los ambientalistas.
Durante su campaña presidencial, Bolsonaro dijo que estaba evaluando la posibilidad de referir los asuntos indígenas a la secretaría de Estado, argumentando que las tierras deberían ser abiertas a actividades comerciales actualmente prohibidas.
Sin embargo, Bolsonaro decidió trasladar la agencia de asuntos indígenas FUNAI a un nuevo Ministerio de Familia, Mujeres y Derechos Humanos, por lo que la decisión clave sobre reclamos territoriales estará en manos de un Ministerio de Agricultura con lazos profundos con el poderoso sector agrario.