ABUYA.- Nigeria, principal economía y primer productor petrolero de África, llega a las elecciones generales del próximo sábado con signos de un débil crecimiento económico, tras salir de la recesión marcada por la caída de los precios del crudo.
Los últimos años para la economía nigeriana, que depende en un 90% de sus exportaciones de petróleo, han sido devastadores por el abaratamiento del "oro negro".
Cuando el actual Presidente y candidato a la reelección, Muhammadu Buhari, llegó al poder en 2015, la economía de Nigeria empezaba a mostrar señales de marchitarse, y un año después el gigante africano se sumió en su primera recesión en 25 años.
Esa crisis ocurrió por el retroceso de los precios del petróleo, que rozaron el máximo de 140 dólares por barril en 2014 y cayeron a 40 dólares el año siguiente.
"Siempre nos prometen que van a diversificar la economía cada vez que caen los precios, pero luego vuelven a subir, se olvidan y vuelven a los malos hábitos", dice el empresario nigeriano Abdul Shekari.
Tras un aumento de 400.000 millones de dólares en el producto interior bruto (PIB) en diez años, según el Banco Mundial (BM), en 2015 comenzó una caída que se ha ido prolongando en los últimos años, una tendencia que ha cambiado hacia un moderado crecimiento.
El PIB nigeriano -sostiene el BM- puede crecer este año un 2,2% si el precio del crudo se mantiene en unos 67 dólares el barril.
A pesar de su potencial económico, el país más poblado del continente -con cerca de 200 millones de habitantes- tiene a más del 70% de la población viviendo con menos de 3 dólares al día, según el BM.
200millones de habitantes tiene Nigeria
Y son estas medidas más "populares", criticadas por la élite económica, de las que alardea Buhari para buscar la reelección.
El rival y las promesas
El principal rival de Buhari en los comicios, el empresario y ex vicepresidente Atiku Abubakar, candidato por el Partido Democrático Popular (PDP), promete ahora impulsar la formación laboral en vez de dar dinero a los más necesitados para sacar de la extrema pobreza a 50 millones de los 87 millones de nigerianos que viven en ella. También liberalizar las compañías estatales, impulsar a las pequeñas y medianas empresas, invertir en infraestructuras y bajar impuestos.
Pero el historial del PDP en el poder durante 16 años antes de la llegada de Buhari y las acusaciones de corrupción que persiguen a Abubakar, plantean muchas dudas sobre sus intenciones en ese campo.
En el pasado, "arreglar la economía cuando tenía problemas significaba subir el precio de los productos petroleros, mientras se esperaba a que los precios (del crudo) volviesen a subir. Eso ha creado efectos en cadena en varias áreas económicas", señala el analista financiero Tunde Awosile en una entrevista con EFE.
11,4%es el nivel de inflación en el gigante africano
Tras años de penurias económicas, la moneda local, la naira, comenzó a estabilizarse, dando oportunidades de inversión y negocios.
Además, la inflación sigue siendo alta en el país (en diciembre de 2018 se situó en el 11,44 %), pero el Gobierno prevé una caída de ese indicador este año, al tiempo que vaticina un crecimiento económico de más del 2 % respecto al 1,9 % del ejercicio anterior.
"Estos datos son indicativos de un progreso significativo", alega Udoma, quien asegura que "no solo Nigeria ha salido de la recesión, sino que este país de casi 200 millones de personas está creciendo de nuevo, particularmente en el sector no petrolero".
Otro desafío pendiente es el desempleo, ya que cuatro de cada diez nigerianos en edad de trabajar están desempleados o subempleados, y la tasa de desempleo se ha duplicado desde 2015, rondando el 23,1 % en 2018.
También está el reto de acabar con la corrupción, ya que Nigeria ocupa el puesto 144 de 180 países en la lista de Transparencia Internacional (TI), que mide la percepción de la corrupción en el mundo (cuánto más abajo en el ránking, más corrupto es un país).
23%fue la tasa de desempleo en Nigeria en 2018
Ninguno de los dos partidos, por otro lado, ha especificado qué hacer con el crecimiento de la población (se espera que alcance 410 millones de personas en 2050, según la ONU) en el país más habitado de África, y con la falta de recursos para encarar ese problema.
Ni proponen medidas prioritarias para temas más sociales como la violencia machista, la reducción del número de jóvenes que dejan los estudios (calculado en el 50 %), la mejora de la sanidad o el avance en igualdad en todos los terrenos.