SANTIAGO.- "Exigente, pero posible de cumplir". Así el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, rebatió una serie de comentarios de economistas que declararon que la nueva estimación que la cartera considera para el PIB de este año -3,5%- es "optimista".
En ese sentido, el secretario de Estado enfatizó que el nuevo dato, que se ubica por debajo del 3,8% proyectado con anterioridad y establecido en la Ley de Presupuesto de 2019, "es una proyección realista".
"Es exigente, pero es posible de cumplir y vamos a demostrar cómo la economía chilena va a ir de menos a más este año", sostuvo Larraín y recalcó que los débiles datos de expansión registrados durante los primeros meses de 2019 se dieron por "elementos que están completamente fuera de nuestro control, como los aluviones en el norte".
Así, estimó que el primer trimestre del año "probablemente será el más débil" e hizo hincapié en que "crecer al 3,5% anual es bastante meritorio" considerando el panorama económico externo, donde el FMI ya ha reducido en cuatro oportunidades sus proyecciones de crecimiento global.
Por último, el ministro recalcó que "hemos logrado una consolidación fiscal notable en un periodo corto de tiempo y aspiramos a seguir por esa vía".
Aumento de la competencia en medios de pago
Las declaraciones del ministro se dieron después de que anunciara "pasos concretos" en una serie de medidas que buscan aumentar la competencia en el mercado de medios de pago, las tarjetas de débito, crédito y con provisión de fondos o de prepago.
En ese sentido, y tras la primera reunión de implementación del "modelo de cuatro partes", Larraín comentó que se ha hecho una "profunda revisión" al actual "modelo de tres partes", el cual ha logrado mantener la red segura. Sin embargo, recalcó que la actual madurez del mercado y los estándares internacionales "exigen la adopación del modelo de cuatro partes".
Así, reveló que en la cita con los diversos actores se acordó coordinar las adecuaciones necesarias para implementar dicho sistema y avanzar hacia el fin de la delegación conjunta de la adquirencia por parte de los bancos.
Todo, con el objetivo final de separar la actividad de la adquirencia y la emisión, estableciendo incentivos a la competencia, y garantizando reglas justas y parejas para todos los participantes de este mercado.
